En una multitudinaria concentración en Plaza de Mayo, la vicepresidenta Cristina Kirchner encabezó un acto en el que le rindió homenaje a Néstor Kirchner en el vigésimo aniversario de su asunción como presidente. Durante una hora exacta de alocución, sostuvo que el programa del FMI debe ser "dejado de lado" para elaborar un programa propio de crecimiento porque si no "va a ser imposible pagarlo" y pidió al organismo internacional que deje "de querer dirigir la política" porque "tenemos que incorporar valor y tecnología para que haya trabajo de calidad".
"Si no logramos que el programa que el FMI impone a todos sus deudores sea dejado de lado y nos permita elaborar un programa propio de crecimiento, industrialización e innovación tecnológica, va a ser imposible pagarlo, por más que digan lo que digan", afirmó la vicepresidenta desde la Plaza de Mayo.
"Néstor sigue en el corazón del pueblo", afirmó Cristina al iniciar su discurso. Remarcó la difícil situación que enfrentó Néstor Kirchner al asumir el gobierno en 2003, con un Estado reducido y una deuda abrumadora. Enfatizó la importancia de difundir este mensaje a lo largo y ancho del país.
La vicepresidenta resaltó que "es necesario un Estado que no moleste, que permita a los argentinos vivir en paz", en contraposición a los discursos que critican la intervención estatal. Recordó cómo antes del año 2001, todo estaba en manos de los privados, lo que llevó a la acumulación de una gran deuda externa para mantener la falsa dolarización de los años 90. Además, habló de los momentos difíciles vividos en la Plaza de Mayo durante la crisis, como la represión a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y el corralito, y destacó que fueron ellos, "los kukas", quienes pagaron los depósitos a plazo fijo de los argentinos.
La vicepresidenta también resaltó los logros de Néstor Kirchner en el ámbito de la deuda externa. "Cuando Néstor llegó al gobierno, recibió la deuda soberana defaulteada más grande la historia", expresó, y sostuvo que "la reestructuró contra viento y marea, logrando la quita de intereses más importante de la que se tenga memoria", añadió y sumó: "Era la deuda que había sido estatizada en el '82, cuando se iba la dictadura militar y que se contrajo en los '90 para sostener la convertibilidad, la falsa dolarización", afirmó.
Luego agregó que "es necesario que llevemos a todos los rincones de la patria, en cada escuela, barrio, comercio, calle, que cuando él llegó era así de chiquito el Estado y la deuda era así de grande", destacó.
La vicepresidenta hizo hincapié en la necesidad de romper con la dependencia de una economía primarizada y los precios internacionales fluctuantes. Propuso la articulación entre lo público y lo privado para lograr un salto cualitativo en el país.
La vicepresidenta instó también a la "renovación del pacto democrático", que, dijo, se fundó el 10 de diciembre de 1983 en Plaza de Mayo cuando jóvenes convocados por el entonces presidente Raúl Alfonsín "horrorizados por la tragedia de la dictadura reclamaban un país diferente" y donde quedaba "erradicado y prohibido quitarle la vida al que no pensaba igual".
"Hay que volver a renovar ese pacto. Cuando escucho y dicen hay que acabar con el peronismo o con el kirchnerismo. Por favor... si con ganar me alcanza, ¿por qué tenemos que llegar al exterminio del otro?, Y se los digo como parte de una generación que fue devorada", enfatizó la exmandataria.
Casi al final de su discurso, pidió "repensar el diseño institucional" para no "seguir con la rémora monárquica" del poder judicial que "no rinde cuentas a nadie", porque eso "no es de democracia".