Mirá el comentario editorial de Facundo Pastor acá:
Lo dijimos y remarcamos varias veces, pero bien vale la pena insistir con el dato: cuando vemos los del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, estamos frente a una situación alarmante. Datos recientes de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC revelan que la tasa de pobreza en algunos aglomerados urbanos es devastadora. Por ejemplo, en el Gran Resistencia, el 80% de la población vive en la pobreza, y en la Ciudad de Buenos Aires, una de las ciudades más ricas, cerca del 25% de las personas se encuentra por debajo de la línea de pobreza.
El nivel de pobreza actual en Argentina, que afecta al 55% de la población, es una tragedia que no se puede atribuir únicamente al gobierno de Javier Milei. Aunque las cifras de 2023 y 2024 muestran un incremento debido a la pobreza por ingreso y el desplome de los salarios, esta situación viene arrastrándose desde finales del segundo mandato de Cristina Kirchner. Ciudades como Formosa, con un 72% de pobreza, La Rioja con un 68%, y Santiago del Estero con un 67%, Concordia 67%, Santa Fe 60%, reflejan esta crisis persistente.
La situación es aún más grave cuando analizamos la pobreza por franjas etarias. En Argentina, entre 7 y 8, de cada 10 niños y niñas menores de 17 años, viven en pobreza. Este dato, un promedio nacional de un 55% de pobreza por ingreso, revela una tragedia social y económica que exige soluciones urgentes. La pobreza infantil en Argentina representa un desafío crítico que el país debe enfrentar para asegurar un futuro mejor para sus jóvenes generaciones. Esa es la verdadera tragedia de nuestro país: la pobreza.