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Así como la primera hora pusimos la mirada en Venezuela, también hay que ponerla en lo que sucedió en las últimas horas en la política argentina. Nadie sabe de qué manera va a terminar, pero todo el mundo se pregunta cómo va a terminar la relación entre Javier Milei y Victoria Villarruel. Este interrogante está en boca de todos, y no podemos dejar de preguntarnos si Argentina está preparada para enfrentar una crisis institucional entre el presidente y la vicepresidenta.

Esta cuestión se intensificó con las imágenes del domingo en la Rural. La atención se ha centrado en detalles como si tomaron mate juntos, la distancia entre ellos, la interacción con los colaboradores de Villarruel y hasta si Karina Milei miró de costado o de frente. Además, Villarruel supuestamente respondió a un tuit de un colega, todo lo cual aumenta la especulación. Mientras todo esto sucede, algunos sostienen que Villarruel se fortalece frente a los desafíos internos de los Milei y su círculo cercano.

Se dice que Villarruel recibe de brazos abiertos a los libertarios desencantados que se alejan del espacio de Milei. Algo como un refugio para estos libertarios enojados con Milei o con su círculo cercano. Villarruel supuestamente les ofrece tranquilidad, asegurándoles que las listas se ordenarán y el clima electoral se calmará. Sin embargo, la fórmula presidencial sigue sin hablar, y la distancia entre Milei y Villarruel crece cada día. No es solo el saludo frío de La Rural, sino también una diferencia sustancial en temas como el pliego del juez. Aunque el desenlace es incierto, está claro que Argentina no está en condiciones de afrontar una fractura institucional de tal magnitud.