En esta Argentina en modo electoral, que mañana va a tener un desafío muy importante y muy desafiante porque venimos de un miércoles atroz. Más allá de cualquier fanatismo, de los tantos que hay en la Argentina. Hemos vivido un miércoles lamentable con Pablo Grillo debatiéndose entre la vida y la muerte, con muchos policías golpeados y maltratados también en la ciudad de Buenos Aires, porque hay policías buenos y hay policías malos.
Entre los malos está el que atacó a Grillo, el gendarme o la bestia humana que le pegó un palazo a una señora jubilada, por más que la señora jubilada también estaba en una conducta previa que no es la adecuada porque no se le pega bastonazos a la policía. Pero estamos en la previa de un día que no puede ser una repetición del miércoles pasado, porque como sociedad, como habitantes de un país que necesita despegar, salir y dar un paso alguna vez hacia adelante, no podemos permitir la violencia, la locura y el desorden que tuvimos la semana pasada.
Y estamos en vísperas de un día que algunos dicen puede repetirse en cuanto al contexto, pero que no tiene que tener las mismas situaciones tan dramáticas que vivimos una semana atrás veremos qué sucede con este proyecto de las barras bravas, que están tan enquistadas en el fútbol argentino y que tanto daño le hacen, pero que como cataratas también descienden en distintos aspectos de la sociedad argentina.
Yo escuchaba a Patricia Bullrich diciendo que Argentina necesita solucionar un problema de violencia estructural con el tema de las barras. También hay un proyecto que apunta a quienes financian las barras, porque hoy no sabemos todavía quién financió lo del miércoles pasado. Existieron cincuenta mil pesos para cada uno de los energúmenos que fueron a romper todo la semana pasada en la ciudad de Buenos Aires, muchos de ellos detenidos y liberados insólitamente por una jueza que no estuvo a la altura de la circunstancia. Habrá dirigentes de fútbol que hoy son los que están en la primera línea con relación al contacto con barras bravas.
Más allá de los políticos, muchos de estos tipos están contratados en distintos municipios, algunos en gobernaciones. Para romper esta estructura, de facilitar micros, entradas y todo este marchas delictivo alrededor de los espectáculos de fútbol o nos quedaremos solamente en el envoltorio, como tantas cosas en la Argentina? Me parece que lo del miércoles nos tiene que servir como desafío para ver si avanzamos en algo.
Si avanzamos en los jubilados y la posibilidad de darles una vida más digna con una reforma estructural del sistema jubila en la Argentina, que está reventado. Si avanzamos con un sinceramente de la caja jubilatoria para decir Che, el setenta y cinco por ciento de los jubilados cobran esta basura porque hemos tenido gobiernos en la Argentina durante hace más de veinticinco o treinta años que promovieron el posmo con los ingresos de los jubilados.
Hubo algún diputado o algún senador que levantó la voz esta semana para proponernos un proyecto para solucionar el problema de la indigencia jubilatoria que tenemos en la Argentina? Muy pocos. Algunos dijeron Bueno, terminemos con los regímenes especiales. Terminemos con esta payasada de entregar en tierra del fuego. No sé cuánta plata para poner una estampita en un teléfono y decir es nuestro, no es nuestro, lo fabrican en otra parte del mundo. No tenemos nada que ver.
Estamos lejos de todo eso, como regímenes jubilatorio de gente en algunas provincias que se jubilan en el dos mil, veinticinco a los cincuenta años y un montón de cositas que dando vueltas, las sumamos y terminan armando un número que tal vez nos sirve para por lo por lo menos, descongelar el vergonzoso bono de setenta mil pesos que tienen los jubilados hoy en la Argentina con una inflación atenuada.
Por supuesto, no es lo mismo tener doscientos que tener treinta, pero siguen perdiendo. Lo vengo marcando desde hace tiempo, porque este repentino interés de estos grupos barras bravas y de algunos movimientos piqueteros y sociales que estuvieron guardaditos durante todo este tiempo porque se tuvieron que mantener en silencio porque la mayoría tienen problemas muy, muy serios con la justicia.
Desaparecieron los Belliboni, desaparecieron, que mañana vuelven los Emilio Pérsico. Desaparecieron los Daniel Menéndez, los Darío Santillán, entre otras cosas porque el Gobierno suspendió a ciento noventa y seis cooperativas por irregularidades, catorce están vinculadas con el movimiento Evita. El señor Belliboni no puede explicar nada de lo que lo acusa el fiscal po la Justicia y se demostró una trama de extorsión a un montón de personas pobres que no solamente tienen que padecer la carencia y la pobreza, sino aguantarse a estos tipos que les sacaban dinero de sus ingresos para fomentar los campamentos, los cortes, los piquetes y todo el quilombo en el cual vivimos durante larguísimas décadas en la Argentina.
Estos personajes hoy pretenden ser la solución de un tema angustiante y triste, porque todos tenemos cerca a un abuelo, a una abuela, a una persona mayor, a una persona que en la Argentina. Cuando viene el momento de la jubilación, que está asociada a la palabra Jubileo entra en un calvario porque deja de percibir lo que fue su ingreso. Si tuvo un trabajo digno, aquel que aportó el once pasa a cobrar una miseria y aquel que no aportó o que no tuvo la suerte de estar en blanco. Empieza el padecimiento de la desgracia, de la pobreza y de andar haciendo los numeritos para poder comprar los remedios y darse un gustito y llegar a fin de mes.
Esa es la Argentina de hoy, con los pérsico, con los menéndez, con la izquierda, con los piqueteros, con los violentos, con los de l, con el mamarracho de firme nic, con la convocatoria de algunos periodistas militantes que están repletos de guita pero se cagan en la pobreza de la gente y fomentan este tipo de situaciones con la violencia en sí, en las calles de Buenos Aires.
Ojalá mañana Dios, que es muy argentino y lo muestra muy seguido, ilumine a los que tienen que tomar responsabilidades al Ministerio de Seguridad para que trabaje con tranquilidad a la policía para que tenga un trabajo digno y un operativo a la altura de las circunstancias. Gendarmería, prefectura y todos los que están ahí, repito, de los mil que participaron no hay mil desaforados, hay un grupo mínimo, pero esos grupos mínimos también hay que combatirlos y hay que sacarlos de la fuerza de seguridad porque tienen que estar para garantizar seguridad y tranquilidad y no locura e inestabilidad, como pasó en gran parte de la marcha de la semana pasada.
Ojalá Dios ilumine a todos los que mañana genuinamente defienden un derecho al determinar la vida lo mejor posible en la Argentina dignamente. Que la jubilación sea un Jubileo, que sea el descanso, que sea la posibilidad de un disfrute, que sea el cierre de una vida profesional o laboral digna y no esta figura tan decadente que tenemos en Argentina.
No usemos a los jubilados y prestemos atención mañana, más allá de esa calificación permanente del tren fantasma, las caras los rostros que pretenden ser en la Argentina la solución cuando formaron parte durante décadas de problemas gravísimos que hoy padecemos como sociedad, que sea un día en paz, que sea un día con inteligencia y que sea un día donde no tengamos que lamentar por la noche casos como el de Pablo Grillo, caso como el de la jubilada y caso como el de los policías golpeados e internados, con una Argentina enfrentada, peleada y con una ciudad totalmente destruida.