Nadie está a salvo de la grieta. Nadie queda lejos de la grieta en este país. Nadie, créame que nadie: nadie sobrevive al terremoto de un país crispado.
En las últimas horas habrán escuchado hablar de la designación de un nuevo arzobispo, el Arzobispo de Buenos Aires. Era el actual obispo de Río Gallegos. Un cura de 55 años que, frente al pedido de licencia del Cardenal Mario Poli, fue designado por el Papa Francisco como el nuevo Arzobispo de Buenos Aires.
Bastó solamente que se conociera el título, para que Jorge García Cueva sea completamente triturado por la grieta, para que conozcas algo más del Padre Jorge, estamos hablando de un cura villero, por lo menos lo fue durante sus años de sacerdocio. Un párroco dedicado a la labor social, a la labor evangelizadora en las villas argentinas, en los barrios marginales, con amplia formación sacerdotal.
Estudio la Licenciatura en Teología en el 2003, se especializó con una tesis; luego hizo la Licenciatura en Derecho Canónico. Llegó a recibirse de abogado en el año 2009. Ahí compartimos algunas materias, fuimos compañeros de la facultad y conozco de cerca su trabajo social, su compromiso social y prácticamente me da cierta vergüenza como la grieta termina triturando y metiendo adentro de una trituradora a todo el mundo.
En las últimas horas la empezaron a filtrar audios sacado de contexto de misas que el padre Jorge García Cuerva, el actual nuevo arzobispo de Buenos Aires, dictaba en contextos muy particulares, donde él se reconocía peronista.
Hace aproximadamente media hora, el diario La Nación subió una noticia el título dice "Malestar en sectores católicos por la cercanía al peronismo del nuevo arzobispo de Buenos Aires". Le cuestionan a García Cuerva la difusión de una misa, primero le filtran en las redes sociales y después se suben a cuestionar que en el año 2016 haya hecho esta mención al peronismo. Esto se da en un aniversario de la muerte de Perón.
También le cuestionan su relación con el ministro de Economía, Sergio Massa, con quien se conocen porque García Cuerva, el padre Jorge, fue párroco de La Cava; fue muy crítico, por ejemplo, con este gobierno, por el manejo de la pandemia. Es muy crítico de la inflación, pero como es la cosa, parece que en este país se es bueno o se es malo, depende de qué lado de la grieta estás. Se es buen cura o mal cura, depende de qué lado de la grieta estás.
Seguramente será un buen arzobispo o un mal arzobispo, depende de qué lado de la grieta quede; por supuesto, ya está de un lado de la grieta. Por eso me llama la atención cómo destruye absolutamente todo.
No pierdo la fe de que en algún momento vivamos en un país donde no importa lo que piense eso, tu ideología, sino que importen tus acciones, lo que vos seas como persona, lo que vos hagas desde el lugar que te toque hacer, seas empresario, seas periodista, seas sindicalista, seas un laburante, seas un comerciante.
No podemos naturalizar que vivimos en un país donde se es bueno o malo, según la vara de las redes sociales o según la vara de esta maldita grieta que, repito, termina de destruir todo.