Cuando uno vive jornadas como las de hoy, donde de repente el dólar trepa 20 pesos; cuando uno vive una jornada donde el dólar vuelve a marcar un récord intradiario; cuando uno vive una jornada donde se ratifica que en lo que va de abril el dólar aumentó un 17%, uno se pregunta no tanto por el hoy, por el presente. Porque hoy ya estás parado en la costa y la ola te pasó por arriba.
Y como veníamos planteando, si tenías un manguito para hacer algún arreglo, para hacer algún viaje o para guardarlo y ahorrar, hoy la ola te pasó por arriba. ¿Y mañana? ¿Y el futuro?
Y uno se pregunta, ¿cómo sigue esto? Porque mirás para adelante y en el calendario electoral, tenés todavía muy lejos el cierre de listas, que es en junio; muy lejos las PASO, que son en agosto; y todo lo que viene después, que ya directamente uno no lo puede ver.
El presente es complejo. Es complejo porque desde el momento en que el presidente Alberto Fernández anunció que no iba a ser candidato, se desinfló. Entonces, ahora se lo ve fuera de foco. Se ve a un presidente que en un día donde todo vuela por el aire, se toma un helicóptero, baja en la cancha de Ferro y se va a hacer una entrevista.
La cantidad de entrevistas que hizo este Presidente. La cantidad de horas que gastó en hablar, hablar y hablar. Y de economía, poco y nada, porque siempre repite lo mismo.
El problema es cuando uno empieza a escuchar a candidatos que eventualmente crecen en las encuestas sobre qué harían si a partir de mañana les tocará la tremenda responsabilidad de convertirse en Presidente.
Hace pocas horas, Milei explicó qué haría con el gasto público. No está editado y juro que trato de entender qué es lo que quiere decir: dijo que propone "un sistema de iniciativa privada a la chilena, con way-outs a la peruana e incentivos a la suiza. Una mejora sobre el sistema chileno".
Respiremos despacio, pero esto es lo que está pasando. El presente es funesto. ¿Y el futuro? ¿Para adelante qué hay? ¿Qué vemos para adelante?
En las últimas horas le preguntaron a Patricia Bullrich qué haría: reconoció que ella endeudaría más al país.
Por eso, insisto, cuando uno vive días como estos, donde el dólar pega una trepada, uno ve este presente, pero se pregunta rápidamente por el mañana. Ojo, cuando lo agarrás a Larreta, tampoco sabe muy bien qué decirte de cómo va a hacer para tratar de equilibrar lo que pasa en este país. Lo de Massa ya lo estamos viendo: no le está funcionando absolutamente nada.
Entonces, ¿qué hay por delante? Porque, repito, el presente es complejo. ¿Pero el futuro?