Qué costumbre en este país de mirar para atrás, de mirar el pasado y hablar tan poco y debatir tan poco de lo que verdaderamente la Argentina necesita para adelante, sobre todo en materia económica.
Parece increíble que a esta altura de la campaña, cuando quedan tres semanas, un poquito más, un poquito menos, la discusión económica pase por una palabra que remite a uno de los momentos más dolorosos en Argentina, que es el "blindaje".
Digo esto porque uno de los precandidatos, la precandidata presidencial de Juntos por el cambio, Patricia Bullrich, fue clara cuando tuvo que hablar, dijo que iba a eliminar el cepo y que va a buscar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para que lleguen más dólares a Argentina. Y usó la palabra maldita: dijo que buscará un acuerdo de "blindaje" con el Fondo Monetario Internacional.
¿Pero qué fue el blindaje del 2001? ¿Cómo se negoció en su momento en secreto y qué le pidió en su momento el Fondo Monetario a la Argentina y por qué terminó siendo verdaderamente un fracaso? En su momento, ante la negativa de la clase política ante los empresarios que no querían, durante la gestión de Fernando de la Rúa, devaluar, se buscó ese apoyo externo para evitar una crisis.
Obviamente, el parche resultó siendo peor que lo que sucedía en ese momento. Ese parche y ese blindaje resultó ineludible meses después. Le prestaron mucha plata a la Argentina, nadie quiso hacerse cargo; hubo un momento, un presidente, que se plantó ante la cadena nacional o ante la cadena nacional o ante una publicidad.
Todo lo que pasó después, lo sabes. Se presentaba esto como una tremenda salvación. No me quiero, yo tampoco ir al pasado, pero esto es lo que se está discutiendo. Lamentablemente, la campaña queda atravesada por esta idea de un "blindaje", propuesto por uno de los candidatos, por Patricia Bullrich.
Uno hubiera querido que a esta altura de campaña, en la cercanía que ya hay con las PASO, con las primarias, la discusión sea por el futuro y no por el pasado, que, por cierto, fue bastante oscuro.