Por momentos, el país parece un álbum de fotos. Hay un show de postales, de instantáneas, que la política entrega cuando generalmente no tiene nada para decir. Intenta mostrar algo. Fotos que intentan reemplazar la falta de ideas, las pocas palabras.
Venimos de la semana pasada, de una imagen de la oposición. Una foto del PRO, una foto con rispideces. Una foto con desconfianza entre Bullrich y Larreta, entre Larreta y Bullrich, con Macri en el centro de la cena. ¿Se acuerdan de la foto? Me refiero a la foto que se saca en la casa de Jorge Triaca, exministro de Trabajo del macrismo. Y recuerdo que esa foto, que uno hubiera esperado que alguien la explicara o que alguien saliera a dar mayores detalles, vino acompañada de un silencio.
Hubo pocas voces que aparecieron en el horizonte para explicar lo que había sucedido en esa foto, que intentaba o que tenía como ilusión la idea de mostrar unidad dentro de la oposición.
Se habló poco de esa imagen. La política argentina como un álbum de fotos que se completa con la que acaba de suceder, una foto donde hay más candidatos que asientos dentro de un avión donde está el Presidente, que ya no es candidato; donde está Massa, que ¿es candidato?; donde está Scioli, que grita desesperado que quiere ser candidato; donde está Cafiero, que no es candidato; donde está Agustín Rossi, que sería candidato; donde está Julio Vitobello. Digo que hay más candidatos que asientos porque hay cuatro asientos y seis en la foto.
La foto la transmite Presidencia, una foto machirula en la que dejaron afuera a una ministra mujer. La política hablando a través de las fotos, a través de imágenes: una de la oposición, otra del oficialismo.
Y generalmente cuando la política lo único que tiene para mostrar son fotos es porque tiene poco para decir, tiene pocas ideas para comunicar, tiene pocos proyectos para intentar seducir a la gente.
Cuando la política se expresa a través de fotos, pretende o tiene en la cabeza la idea de que el electorado o el pueblo se va a poner interpretarlas. ¿Pero en serio los políticos se piensan que la gente tiene tiempo de realizar un análisis de una imagen, que si Macri se sienta en el medio; que si la izquierda Vidal; que si a la derecha Larreta; que si el Presidente está con unos papeles haciéndose el que lee; que si Massa está con un teléfono; que si Scioli... ¿En serio, realmente, la política cree que la gente, con los quilombos que hay, tiene tiempo para ponerse a interpretar mensajes mudos que da a través de fotos?
Generalmente, no sé qué les pasa a ustedes, pero los álbumes de fotos que tengo en mi casa muestran cosas del pasado. Parece que la política está en ese mismo tono: mostrando todo el tiempo señales del pasado, imágenes mudas, sonidos mudos, porque seguramente no hay mucho para decir. Por lo menos por ahora.