En una audiencia crucial por las apelaciones en el resonante caso del crimen de Fernando Báez Sosa, Máximo Thomsen, uno de los ocho rugbiers condenados a prisión perpetua, tomó la palabra frente a los jueces de la Cámara de Casación de La Plata. El joven ratificó su inocencia y negó haber planeado o tenido la intención de matar a Fernando.
La audiencia, celebrada ante los jueces Mario Kohan, Fernando Mancini Hebeca y María Florencia Budiño, se convirtió en un escenario para las declaraciones de Thomsen, quien reiteró su versión de los eventos que llevaron a la trágica muerte de Báez Sosa en Villa Gesell. El joven sostuvo que él y sus amigos no planearon el asesinato y que no tuvieron intención de llevarlo a cabo.
A pesar de la negación de culpabilidad por parte de Thomsen, las impresiones sobre su actitud en la audiencia han sido diversas. Silvino Báez, padre de la víctima, señaló que Thomsen no pidió perdón y habló sollozando, lo que calificó como una aparente estrategia para "zafar" de la situación. Sin embargo, no expresó ver sinceridad ni arrepentimiento en las palabras del joven.
El reconocido abogado Fernando Burlando, quien representa a la familia Báez Sosa, describió la audiencia como "formal y técnica", con la defensa de Thomsen extendiéndose por más de una hora.
Burlando mencionó la posibilidad de que el Tribunal emita una respuesta o definición en cuestión de meses, considerando que se trata del tribunal de mayor jerarquía en asuntos penales en la provincia de Buenos Aires.
Sobre la actitud de los rugbiers condenados, Burlando expresó su asombro al observar que no habían pedido perdón ni mostrado arrepentimiento. Comparó su actitud con la de "animales salvajes a la defensiva" y destacó la falta de un gesto humano o beneficio aparente en su defensa legal.