La tragedia ha golpeado nuevamente a Atlético Tucumán, que sufrió la muerte de cuatro futbolistas vinculados al club en el último año. Daniel Ibáñez, quien fuera el tercer arquero del plantel bajo la dirección de Lucas Pusineri, perdió la vida debido a complicaciones pulmonares en Ecuador, donde había viajado para jugar en el Chacaritas, un equipo de la Serie B (Segunda División).
La noticia del fallecimiento fue confirmada por Miguel Angel Loor, presidente de la Liga Profesional ecuatoriana, quien lamentó la pérdida del jugador argentino y expresó sus condolencias a los familiares y compañeros de Ibáñez.
A pesar de haber jugado la mayoría de sus partidos en la Reserva del club, Ibáñez había buscado continuidad en el conjunto ecuatoriano desde marzo. El día previo a su fallecimiento, se había entrenado con normalidad, pero empezó a sentir fuertes dolores en el pecho y fue hospitalizado en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Los médicos determinaron que había sufrido una embolia pulmonar.
Este trágico suceso no es el primero que afecta al Atlético Tucumán. En marzo del año anterior, el club sufrió la pérdida de Jonathan Alderetes, de 19 años, en un accidente automovilístico en la capital de la provincia. Luego, en junio de 2022, el delantero Fabricio Navarro, de la categoría 2001, falleció debido a un infarto mientras dormía en su domicilio. Y en noviembre del mismo año, el mediocampista colombiano Andrés Balanta sufrió un colapso durante un entrenamiento y no pudo ser reanimado, falleciendo en camino al hospital.
La serie de tragedias ha dejado un profundo impacto en el club y en la comunidad futbolística en general, generando un sentido de pesar y conmoción por la pérdida de estos jóvenes talentos.