Generalmente, los intentos de esconder información pública suelen tener un efecto de bumerán. Se supone que un sector del Gobierno intentaba, a través del INDEC, postergar la publicación de la inflación de abril para después de las elecciones provinciales de este mes porque eso podría perjudicarlos.
Pues bien, terminan más perjudicados ahora, después del escándalo, porque la gente va a tener la lupa mayormente puesta y, aparte, va a ir a votar con la idea de que le escondieron, de que "se cartearon" un dato que es público.
El dato del INDEC pasará a conocerse el lunes siguiente, un día después de que ciudadanos de cinco provincias ya hayan pasado por el cuarto oscuro. Ciudadanos de La Pampa, de San Juan, de Salta, de Tucumán y de Tierra del Fuego.
Tiene una lógica muy equivocada. Tiene una lógica parecida a la de las censuras. Cuando alguien quiere censurar algo y termina saliendo a la luz, acaba por ser un escándalo mayor que el que hubiera provocado si se daba a conocer la información que intentó ser pisada o censurada.
Quiero recordar una cosa: en agosto de 2019, el Frente de Todos llevaba como precandidato a la presidencia a un tal Alberto Fernández. El 2 de agosto de ese año publicaba una frase en sus redes sociales oficiales donde intentaba poner una suerte de bolillero con listas de propuestas de campaña, entre las que colocó lo siguiente: "El INDEC es un termómetro. Vamos a tener un INDEC que funcione bien".
Eso publicaba Alberto Fernández en agosto del 2019, cuando recién era precandidato y después pasó el milagro de que se convirtiera en presidente.