Increíble, en un año marcado asignado por la gran cantidad de elecciones y todavía no falta un próximo paso, que es nada más y nada menos que un balotaje.

Y acá sí se juega toda la verdad.

Porque por supuesto que el partido de ayer no fue el partido de las paso, que esperemos sean las últimas en la Argentina para dejar de deteriorar a un país que está muy deteriorado económicamente y que cada vez que jugamos a APA en el período anterior y en éste provocamos una situación de inestabilidad de economía aún más endeble y realmente nos hizo muy mal.

Creo que ayer vivimos, entre otras cosas, viendo los resultados de hoy, el derrumbe de los egos y los límites a la locura.

Y cuando hablo del derrumbe de los egos tiene que ver con una Argentina donde hay algunos y algunas que sienten que son más de lo que son y a veces la vida misma y las urnas te ubican o te tienen que ubicar.

Por supuesto que lo de ayer fue una sorpresa.

Primero, porque salvo algún sondeo ahí que marcaba una situación de mayor paridad o algún punto sobre Sergio Masa, nadie podía marcar esta diferencia sustancial donde vemos que el aparato del peronismo se puso en marcha, mmm.

Uno en una provincia que tiene el treinta y siete por ciento del padrón y en una provincia que es un país dentro de otro y que determina mucho como lo hace la provincia de Buenos Aires, se puso en marcha el peronismo y se puso en marcha el aparato del peronismo y se puso en marcha también otro aparato que muchos creen que es invisible pero que tiene un poder enorme y es el de la Iglesia.

Cuando vimos en octubre la peregrinación tan tradicional a Luján y aparecían pasacalles muy pro lejitos y todos iguales, porque no era un pasacalles, que uno escribe un papelito y lo cuelga o un cartelito.

No había algo organizado por la Iglesia argentina poniendo un límite a Javier Milei y algunas ideas que resultaban muy vacías o muy desquiciadas.

Esa misma iglesia que en algún momento puso un límite.

Aníbal Fernández cuando era candidato a gobernador y hacía que en las plegarias, los católicos rogar para que no fuera Aníbal Fernández, el gobernador bueno, esa misma iglesia que cumple un rol tan fuerte como lo hace el evangelismo en menor medida aquí en la Argentina por el número de fieles en Brasil es una locura.

Influyen muchísimo en la vida de muchos lugares y de muchas barriadas.

El aparato del peronismo se puso en marcha. Qué es la militancia?

Qué es cuidar la boleta y que también tiene esas cosas de otros tiempos que son vergonzosas? No?

Uno utilizar al pobre regalándole cosas y después olvidándose radicalmente de él durante gran parte de los de los cuatro años, no?

O que aparecen solamente cuando hay que votar.

También apareció una campaña muy fuerte porque hay dieciocho millones de personas que reciben algo por parte del Estado y a todos les hicieron saber que si no ganaba el oficialismo podían perder algún tipo de beneficio.

Y mucha gente salió corriendo a cuidar ese beneficio en un momento donde la economía es muy endeble y es muy frágil, pero dentro del derrumbe de los egos me parece que también hay que ver claramente a la oposición, porque hace un año la oposición había ganado sin pasar por la urna. Hace un año hablábamos de Asamblea Legislativa.

Hace un año estábamos con Martín Guzmán y la lucha cruel.

Hace un año estábamos hablando de la locura esta de un presidente que no tiene funciones y que no se habla con la vicepresidenta.

Pero los egos son fatales, no?

Y hay un gran responsable, entre otros, dentro del marco de la oposición, que es Mauricio Macri, dueño de nada, porque se quedó absolutamente sin nada, tal vez con la posibilidad, eh del padrinazgo en la ciudad de Buenos Aires, pero se quedó con la especulación.

Si me presento o no me presento, se quedó con la especulación de la interna.

Se quedó con la especulación. Voy a arruinarlo a Horacio Rodríguez Larreta.

Se quedó con la especulación, Vamos a votar a votar a Patricia y después no terminó siendo claro y terminó con una oferta floja.

Porque más allá del carácter, más allá de las ganas, más allá de la honestidad que puede tener la señora Patricia Bullrich con una mano en el corazón. Nadie la vio capacitada para tomar si no tenía un equipo fuerte al lado, las riendas del país, una fórmula muy floja.

Bullrich, Petri con toda sinceridad, Patricia trastabilló en el primero de los debates.

Se le echó la culpa a la gripe.

En el segundo estuvo un poco mejor, pero la sensación del argentino, que está atento a un montón de detalles, muchas veces para bien y muchas veces para mal, era que había una protagonista muy endeble que no entendía de economía.

Hubo que poner a Melconian y que se enredaba en discursos y en contestaciones que tenían que ser más simples y más claras.

No alcanzó el discurso del orden, no alcanzó el discurso del antiyer mismo y cometieron también el error de dividir.

Cuando los peronistas dividían y masa se fue y estaba en el frente renovador perdían. Y qué pasó?

Perdieron los egos, los egos terribles de crear más de lo que son.

Macri fue presidente y no pudo volver a presentarse porque no ganaba una elección, pero estuvo hasta último momento con la especulación, con el secreto, con la incógnita y deterioraron un espacio.

Una situación de ellos, pero que tiene que ver con los egos de una Argentina donde muchos se creen que son más de lo que realmente son.

Penoso el domingo de Alberto Fernández, paradito frente a un micrófono para no decir nada.

Un presidente que perdió el poder hace dos años y penoso también lo de Cristina Fernández diciendo que nadie la escuchó porque nadie se lo cree y el invento de Alberto Fernández pertenece a ella.

El desafío ahora también pasará, entre otras cosas, por la lucha entre la economía, por la lucha entre lo que todos tenemos y no vamos a perder, que son los derechos y por supuesto, también el límite a la locura.

Porque hoy el propio Javier Milei admitió aquí charlando con nosotros, que en los últimos tiempos hubo una segunda línea que se cruzó la raya y que dijo disparates sublimes y se potenció lo de la dolarización, lo del enfrentamiento a la Iglesia.

Acá hay provincias que son muy católicas y el papa, nos guste o no nos guste, es nuestro argentino y no va a pasar nunca más en la vida el tema de la aportación de armas, el tema de los órganos, el tema de esta mujer delirante con los preservativos pinchados.

Cosas que no van en un país que tiene mucho dolor en un país que tiene muchos padecimientos, que tiene lamentablemente un problema muy serio como es el narco, que tiene una adicción galopante y que tiene problemas muy serios, que tendrá que poner en marcha lo positivo de ayer, que a pesar de tener un sistema de mil ochocientos veinte a la hora de votar tenemos transparencia.

Por supuesto que hay gente que va rompe boletas.

Un señor entró, orinó un cuarto oscuro, desequilibrados tenemos en todos lados y esa gente la tenemos que reordenar e insertar dentro de lo que es una sociedad donde el noventa y nueve por ciento viven de otra forma, que es la normalidad y trabajar.

Y pensar que el once de diciembre comienza un país nuevo, distinto pero difícil para todos.

Y ojalá que lo que planteó Sergio Masa en el día de ayer comience a cristalizarse en nuestras cabezas.

Que la grieta haya muerto sin los protagonistas fuertes de esta grieta sin Macri y sin Cristina Fernández.

Y ojalá también entendamos todos de una vez por todas de una vez por todas, que gane uno, gane el otro.

Necesitamos armar un Gobierno de consensos y de unidad nacional verdadera, que no es llamar por teléfono a uno o a una para sacarse una foto, sino para armar una Argentina con cimientos sólidos.

Porque aún en la alegría de los justicialista, hoy en la incertidumbre de Milei hoy y la desazón de Juntos por el cambio, hoy hay un país que tiene cuarenta por ciento de pobres, cuarenta y siete en la provincia de Buenos Aires y donde muchísima gente la pasa día a día muy, pero muy mal.