Esta semana vamos a escuchar tantas promesas, tantos slogans, tanta campaña, vamos a ver mucho afiche en la calle. Y aunque por supuesto siempre se renueva la expectativa, porque alguna cosa puede cambiar, qué escaso es el nivel de nuestros candidatos, que no se pueden poner de acuerdo absolutamente en casi nada.

Los veía el otro día, cuando los candidatos presidenciales firmaron un compromiso por la educación. Y más cuando la palabra educación la utiliza todo el mundo como el comienzo y el cambio de muchas cosas, porque sin educación no vamos a cambiar. La educación es el pilar y es la base.

Y hoy la Argentina tiene un problema muy serio de educación, donde la escuela secundaria la termina muy poca gente. Invertimos mucho en la gratuidad de la universidad y la verdad es que tendríamos que explotarla, aprovecharla muchísimo más para generar profesionales, para generar gente que pueda, desde un concepto distinto, nutrir su cabeza.

Hoy, el dato que motivó la campaña es que en la Argentina el 46% de los alumnos de tercer grado de Primaria no alcanzan el mínimo nivel de lectura. Muchos porque están fuera del sistema y otros porque hoy la tecnología superó ampliamente lo que hacíamos nosotros cuando íbamos a una escuela y una maestra nos enseñaba y nos obligaba en muchas circunstancias a practicar y a leer.

Massa, Bullrich, Rodríguez Larreta, Milei y Grabois se comprometieron a tomar la alfabetización como prioridad en caso de ser electos. Pero para eso necesitamos no solamente que uno sea electo, porque lo va a ser, sino que el resto acompañe. El tema no sería que se comprometan solamente a cumplir con una campaña, sino que el resto se comprometa también a acompañar este plan, que Massa, Bullrich, Larreta, Milei y Grabois se comprometan con que hay pilares en la Argentina que son intocables.

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