
“No hay lugar para especular. Tenemos que ir con lo mejor que tenemos y hoy son Cristina y Massa”. La frase la dijo uno de los principales intendentes de la Provincia en un encuentro con todos los barones -y mujeres (?)- del conurbano. No quieren experimentos raros otra vez. Wado de Pedro es un gran dirigente, pero está verde. Los líderes territoriales quieren una figura fuerte en la boleta; o preferentemente dos.
El análisis es más o menos el siguiente:
- Cristina es la que tiene los votos y les garantiza un piso en la elección nacional. Temen que el efecto arrastre los termine hundiendo en sus distritos.
- Quieren que sea ella la que arriesgue su capital político. Que no sea otro. Si tiene que perder, que pierda para terminar con ese proceso y empezar una renovación en serio.
- Aunque saben que esa es una lista para perder. Por eso, una alternativa es que sea Massa el que encabece. Por supuesto, le desconfían, pero creen que es una opción más competitiva.
- Como sea, la potencial postulación de Cristina deja fuera de juego a Alberto Fernández. Los intendentes analizan que su potencial de daño es enorme.
¿Qué hacer con Alberto Fernández?
En el peronismo bonaerense terminaron de cerrar filas. No lo quieren a Alberto Fernández. Sienten que el presidente fracasó. Solamente intentan contenerlo, rodearlo, pedirle plata…
Políticamente, ya no le queda ningún apoyo a Alberto. Ni el Movimiento Evita lo banca. Hay clima de fin de época. Apenas le quedan los vínculos con la CGT, sin caudal electoral.
En el conurbano están preocupados. La competencia ya no es Juntos por el Cambio, sino un 12% de ciudadanos que no quiere saber nada de nada. No quieren ir a votar o están dispuestos a votar a Javier Milei. “Son los loquitos que votaban a Trump”, dicen irónicamente.
¿Por qué Sergio Massa y Cristina Kirchner?
Con Cristina en la cancha de juego se motiva a los propios. Por lo menos se permite visualizar una esperanza y se contiene el éxodo de estos 12 puntos.
En cambio, Massa renueva la esperanza. Es una cara “nueva”, fresca. Capeó el temporal, contuvo el dólar, frenó la escalada de la crisis…
Si la inflación baja al 5% en noviembre y se consolida en 4 puntos durante todo el verano, pasa a ser presidenciable. Por lo menos este es el análisis que hacen los intendentes de la primera y tercera sección electoral, máximo bastión del peronismo.
Creen que con un poco de campaña Cristina llega a los 30 puntos. Siempre fue su piso electoral. A eso se le pueden sumar los 5 de Massa y eso ya es una fórmula competitiva. “Renueva la esperanza”, describen.
Cristina sabe que no llega. No ofrece una opción ganadora. Por eso la opción sería dejar a Massa primero con ella abajo. Aunque la jugada tendría algunos riesgos:
-¿Estará dispuesta la sociedad a acompañar otra vez una fórmula con Cristina como segunda? Es una opción que ya fracasó.
-¿Cristina estará dispuesta a jugar y perder? “Hay que ver los fueros”, dicen en el PJ bonaerense. Si quiere mantener los fueros para no ir presa, necesita una banca. En ese caso lo mejor puede ser ir como candidata a senadora. Su apellido está en la boleta y se garantiza un resguardo para su situación judicial.
-Si Cristina no va, y va Massa como sueñan los intendentes, debería ir acompañado por una mujer. “Hombre-hombre no se banca la sociedad. No podemos regalar esa bandera de la igualdad de género”, dicen en el PJ.
¿Quién podría acompañar a Massa? Lo que es seguro es que tiene que ser una mujer con perfil político propio. Algunas opciones que se barajan:
- Verónica Magario: exintendenta de La Matanza. El problema es que sería una fórmula muy bonaerense.
- Claudia Abdala Ledesma de Zamora: exgobernadora, perfil federal, muy cercana a Cristina. Hay que ver si resiste el escrutinio de la política nacional. No da imagen de renovación.
- Anabel Fernández Sagasti: Cámpora pura. Mostraría el respaldo absoluto del kirchnerismo. Una Cristina joven. En contra: otra vez, la idea de que el Presidente queda monitoreado por el cristinismo.
Como sea, el análisis es que hay un votante del peronismo desencantado que nunca va a votar a Juntos por el Cambio, pero hoy quiere votar a Milei o no ir a votar. La idea es reconquistarlo y mostrarle que hay una alternativa. “Hay muchos que van a votar la boleta del PJ o no votan”, aseguran.
Una vela a “San Milei”
El diagnóstico es llamativamente compartido por los tres principales espacios electorales. Votantes tradicionales del peronismo empiezan a simpatizar con Milei. Es un voto bronca.
- Horacio Rodríguez Larreta empieza a entender que Javier Milei le sirve en la interna con los halcones de Juntos por el Cambio. Le roba votos a Patricia Bullirch y ya no tanto a él.
- En el espacio de Milei creen que ya le sacaron a Juntos por el Cambio todo lo que tenían para sacarle. Especialmente en las PASO. Quizás en la general le puedan sacar algo más a Larreta si Bullrich queda afuera.
- Por eso en este momento, en ese espacio, están poniendo los cañones en captar votos en el conurbano. En sectores populares desencantados del kirchnerismo y que buscan algo nuevo.
- Se entusiasman con que si avanzan en esta estrategia pueden dejar tercero al peronismo y llegar al balotaje. Saben que es difícil.
El espacio de Milei tiene un techo para su crecimiento: su propia ideología actúa como límite. “Somos liberales, creemos demasiado en el individuo y nos cuesta organizarnos colectivamente”, analiza un importante dirigente del espacio.
Observa que hay demasiados jugadores con poca organicidad y nula voluntad de moverse en grupo. La política es ante todo una construcción colectiva.
Milei designó hace poco tiempo a Sebastián Pareja como su armador bonaerense. Es un dirigente que hasta 2021 trabajó con Emilio Monzó y antes con Carlos Menem. Un hombre de la casta.
Pareja arma distintos encuentros con militantes en Provincia. Llama la atención la persistente ausencia de la única diputada nacional que tiene Milei: Victoria Villaroel.
Es la presidenta del Partido Demócrata de la provincia, uno de los principales sellos que tiene La Libertad Avanza en territorio bonaerense. Pero como está peleada con Pareja, no va a las reuniones.
En el espacio se escuchan desopilantes argumentos para no trabajar en equipo: “Yo tengo 200.000 seguidores en Twitter, le aporto a Milei 200.000 votos”, se escuchó decir a un dirigente en medio de una negociación. Tiembla Durán Barba.
Muchos dirigentes tienen miedo a bajar al territorio. No es claro qué puede pasar con la conformación de las listas cuando haya que cerrar filas. Tampoco está claro cómo votarán los futuros legisladores libertarios en el Congreso si les toca ser opositores a un gobierno de Juntos por el Cambio.
Si las elecciones fueran hoy, Milei podrá contar con un espacio de entre 17 y 20 diputados propios. En Juntos por el Cambio saben que esos votos pueden ser centrales a la hora de implementar un programa de gobierno ortodoxo.
Otro motivo más para apoyar el crecimiento del libertario. La vida es correr riesgos.
Hablando de riesgos, recientemente un dirigente del PRO fue invitado a compartir una reunión de trabajo en la mesa chica de campaña de Horacio Rodríguez Larreta. Se sorprendió que en esa mesa estaba Milagros Maylin, flamante pareja del jefe de Gobierno. No solo en el peronismo todo queda en familia.
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Información extraída de A24.com