En la Argentina, el año que viene tendremos un gobierno nuevo porque ya no será más Alberto Fernández el presidente de la nación. Un presidente que hace 13 días que no tiene actividad en su agenda, un presidente que por más deslucido y desacreditado que esté, tiene que hablar después de lo que pasó el domingo en las PASO, tiene que hablar de lo que pasó ayer con estas bandas de delincuentes saqueando y robando en un montón de puntos de la República.
Y tenemos que tratar de cambiar algunas cosas el año que viene. Cuando ya no esté Alberto Fernández y estén Massa, Bullrich o Milei, tendremos que terminar con este invento de las PASO. Porque la Argentina tiene muchísimas dificultades sociales, económicas y morales para estar jugando a votar a cada rato, inventar una interna que a muy pocos les importa y hacer que de agosto a octubre entremos en un suplicio. La palabra eternidad la estamos viviendo hoy los argentinos.
Esto es la eternidad. Desde la elección de agosto, cuando el resultado no es el que pensamos, viene el caos. Y digo que no es el que pensamos porque por lo general los oficialismos tienen ventaja. En las dos últimas, el oficialismo perdió. Macri perdió 48% a 32% con Alberto Fernández. Repetimos lo mismo ahora: el Gobierno sale tercero y pasamos de un dólar de 4 y pico a 7 y pico; antes fue de 43 a 60. Volvemos a chocar con la misma piedra y a esto le sumamos la devaluación, la inflación y esta ola de locura que nació en el día de ayer.
Hoy, el gobierno argentino y la justicia argentina tienen que dar precisiones. Basta de negación, basta de pasividad, basta de inventos.
Hoy, repito, hay una obligación por parte de la Justicia y del Gobierno de decirnos quién o quiénes están atrás de esta situación y dejar de buscar la ventaja política permanentemente.
Desde la angustia, desde el dolor y de la desesperación, por favor, un poquito más de sensatez y un poquito más de respeto con una sociedad que hoy tiene miedo, está preocupada por su futuro y dice, cuando se la encuesta, que se siente muy triste.
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