Mirá el comentario editorial de Facundo Pastor acá:
Tarde o temprano, esta noticia iba a llegar. Para mi gusto, llegó bastante tarde. Veintinueve días después de la desaparición de Lohan, hay una primera reacción política: renunció el ministro de Seguridad de Corrientes, Buenaventura Duarte, un hombre que, una tarde en Pastor 910, habló con nosotros y no tenía ni idea de lo que nos estaba diciendo.
La decisión fue comunicada en un frío —vale el juego de palabras— comunicado del Gobierno local; porque así se está manejando el gobierno local en relación al caso Lohan, con frialdad y distancia. Recién veintinueve días después hay una primera reacción política, o una primera réplica política, que es la renuncia del ministro de Seguridad.
El gobernador actuó tarde, actuó con poca empatía, con una sospechosa falta de empatía. Ya se sabe que será reemplazado por el Diputado Nacional Alfredo Vallejos. Es decir, la política vuelve obviamente a poner a un hombre allí. Buenaventura Duarte estaba en la mira desde las primeras semanas, sobre todo por las falencias en la búsqueda de Lohan.
Todavía recuerdo, recordarán ustedes, esas imágenes de los policías correntinos. Y esto no tiene que ver con los trabajadores, tiene que ver con las decisiones políticas. Pero ustedes recordarán esas imágenes de los policías con el torso desnudo, en calzoncillos, metidos en unas lagunas, viendo a ver si podían encontrar algo. Por supuesto, no encontraron nada.
Llegó tarde esta decisión tomada por el Gobierno de Valdés. Llegó tarde. Gobernador, llegó tarde, pero lo que hay que decir es que las próximas consecuencias son directas con usted. Con un gobernador que se empieza a preparar para un año electoral. Volvemos a hablar de una Argentina que vota cada dos por tres.
La decisión de que el ministro de Seguridad de Corrientes deje su cargo llegó tarde, pero llegó. ¿Será esta la única réplica, la única consecuencia política? Veremos.