
Realmente estoy sorprendido con la idea del gobierno argentino de presentar un proyecto que busca limitar o cortar. Yo creo que con ningún tipo de resultado o éxito, una serie de derechos que forman parte hoy del catálogo de muchos ciudadanos en la Argentina.
Yo creo que el Gobierno, en contra de lo que sostiene Guillermo Franco, el Estado no está para promover, dice, determinadas situaciones que tienen que ver con el género, con el sexo, Pero sí el Estado estimado jefe de Gabinete está para proteger a las minorías.
Argentina es un país donde existe una evolución mínima para mi gusto y para la estadística de lo que es el progreso mental que el mundo ha tenido sobre algunas situaciones prácticamente puntuales o específicas. En la Argentina la discriminación es una bandera muy fuerte en Argentina. El bullying, que nace muchas veces con un sinfín de chicos atacados, nace en las escuelas cuando las edades son muy cortas. El bullying está en muchos lugares de trabajo. Hay mucha gente que ha cambiado su vida por el hostigamiento, por la presión, por lo que muchas veces algunos creen que es la gracia contra algunas personas y termina siendo una situación muy particular que marca su vida.
Ni que hablar de cosas tan trascendentes como el femicidio, donde en la Argentina, aun con una perpetua que te meten por la cabeza, hay un sinfín de tipos que asesinan a mujeres casi casi todos los días en nuestro país. Ni que hablar de la ley Micaela, que brinda capacitación obligatoria a funcionarios del Estado en materia de diversidad en materia de violencia de género, son cosas muy importantes, son cosas trascendentes.
Hay cosas que ayer a última hora tuvieron que salir a explicar que no van a tocar entre ellas el matrimonio igualitario entre ellas hoy la ley del aborto. Yo sé que muchos de estos temas salen a la luz cuando los gobiernos están complicados. Che, hablemos de esto, hablemos del otro. Y me parece que hoy el Gobierno argentino está en un momento de bonanza que podría sacar un poquito el pie del acelerador en discrepar permanentemente con algunos sectores de la sociedad.
Hoy el Gobierno argentino disfruta de haber tenido un mes de diciembre como insólito, increíble, tranquilo, sereno, en paz. Hoy el Gobierno argentino festeja que no hay más cortes de calles en la Argentina que transitamos, que nos olvidamos de una palabra trágica para los argentinos, que es la palabra piquete. Hoy el Gobierno argentino le llega el informe de la Di Tella, que aumentó en enero la confianza de los consumidores a un número récord. Hoy el Gobierno argentino tiene superávit fiscal. Hoy el Gobierno argentino tiene una ponderación presidencial con un hombre que no es político y que apareció desde la emergencia ante el fracaso de tantos y tantas y se transformó en presidente de la Nación.
Yo sé que hay que estar con la Guardia Alta, siempre en la Argentina, en todo, eh? En el Gobierno, hasta en el fútbol hay que estar con la guardia Alta, porque siempre hay picarones que están atentos para hacerte pisar un palito o para hacértela pasar mal. Pero es el momento hoy para ir contra una ofensiva contra las minorías sexuales y contra muchos derechos de las mujeres. Es el momento hoy de hablar de una discriminación positiva y ponernos a todos en una misma línea de igualdad?
Creo que no, porque no estamos en condiciones hoy en la Argentina de creer que estamos sanos, de un sinfín de estructuras que formaron parte de un pasado muy doloroso para mucha gente. La discriminación, la falta de respeto, la falta de oportunidades laborales. Todas esas cosas están vigentes.
Hay mucha gente que progresó y que pudo curarse de un machismo del cual casi todos hemos sido nosotros criados en la Argentina, en las escuelas y en nuestras casas. Pero hay muchos que esconden su verdadera esencia y que hoy se suben a lo que es una moda, de una supuesta aceptación de algunas cosas que son de pocos pero que no lo sienten. Simplemente se acomodan al discurso del momento. Sé que han pasado muchas cosas en el pasado, fundamentalmente con el klem, que han distorsionado lo que tendría que haber funcionado bien el Ministerio de la Mujer.
La verdad que la Argentina tuvo cosas positivas, pero tuvo muchas cosas negativas y además tuvo como bandera a un presidente de la nación, Alberto Fernández, que hoy está siendo investigado por violencia de género. A partir de eso se caen un montón de cosas.
El INADI en la Argentina no hay que cerrarlo, hay que cuidarlo y hay que controlarlo y que tenga gente apta para manejarlo. No una señora como Victoria Honda, que defendía a los amigos y atacaba a los enemigos y que el día que tuvo un problema personal con su mucama, le ofreció a cambio de su situación laboral, que no era regular porque la tenía en negro. Un lugar en el Estado, siempre defendiendo a los propios y atacando a los ajenos.
El colectivo de mujeres que sale a defender, que también entró en algo que no tiene que entrar porque hay organismos que tienen que ser autónomos e independientes para que tenga el respeto de toda la gente. Y acá las actrices argentinas, las chicas tomaron parte siempre por aquellos que pensaban lo mismo que ella. El resto me olvida, no les doy pelota y así no sirve. Este tipo de circunstancias hicieron que mucha gente crea que los derechos de pocos no existen, que no son importantes, que hay que ponerlos a un costado, que es una moda de un determinado sector de la Argentina, que hay cuestiones religiosas, que hay cuestiones y los fuimos deshilachando y lo fuimos desprestigiando.
Pero creo que el Gobierno que hoy tiene algunos elementos impor antes para mostrar no tiene que estar generando discusiones o debates donde no hace falta, en un país que está siempre con el ánimo arriba, con la preocupación, con la falta de respeto el mostrarnos los dientes y agredirnos sistemáticamente por un montón de cosas.
Ojalá recapaciten. Yo sé que muchas veces este tipo de temas que salen a la luz pertenecen a un sector, lo discute un sector y cuando el Gobierno mira los números sabe que en el Congreso este tipo de situaciones no va a prosperar igualmente, aún no prosperando. Me preocupa la iniciativa para eliminar ley de cupos, porque en la Argentina la ley de Cupo se puso como consecuencia de la discriminación. Me preocupa que digamos que el femicidio no funciona.
Yo creo que al femicidio hay que ayudarlo. Hay que darle más tecnología, más herramientas, botones antipánico, que funcionen mujeres que vayan a comisarías y sean contenidas por profesionales, no que vayan muchas veces y sean discriminadas o maltratadas o desatendidas. Y la ley Micaela sirve para brindar capacitación obligatoria ante muchos que no están capacitados para tocar temas tan sensibles de la sociedad.
Vuelvo a repetir. El Estado no está para promover conductas sexuales. El Estado no está para promover ideas que muchos no comparten, pero sí que está para proteger a los que están siempre en minoría y los que viven en un país como el nuestro, bajo el hostigamiento bajo el bullying bajo la discriminación.
Si el INADI hoy funcionara y bien en la Argentina, ustedes se sorprenderían con las estadísticas por la gran cantidad de denuncias hoy en el dos mil veinticinco, por cuestiones de raza, por cuestiones de religión y por cuestiones de género, aunque pareciera que es una materia que aprobamos casi todos los argentinos, yo creo que estamos aplazados y el Gobierno colabora muy poco para salir de esos números que están en rojo.