Me tomo un minuto, como todos los días, porque se cumplen cien días del gobierno de Javier Milei.
Por supuesto que dentro de lo que son los cien días de gobierno de Javier Miley, observando un poquito la opinión de todos ustedes que desde muy temprano están participando en nuestro programa y viendo alguna encuesta de la que yo considero cercanas o creíbles, como la de Federico Aurelio de Aresco, el presidente mantiene una imagen muy alta, de cincuenta y seis coma tres positiva contra un cuarenta y dos coma seis negativa.
Sabemos que Milei ganó la elección haciendo una palanca muy fuerte sobre lo que hoy ustedes conocen como la casta, pero creo que fundamentalmente como algo que jamás hemos visto con tanta fuerza más allá del que se vayan todos del dos mil uno, que es el nivel de desencanto de gran parte de la sociedad argentina con los políticos argentinos y con los que han gobernado en distintos grupos que nosotros conocemos como frentes electorales muy fuertes de los últimos tiempos.
La gente acá tomó decisiones como de elegir a uno, poner a otra, sacar la otra, poner a éste cambiaron y llegaron a un presidente fuera de la política, que es el que tenemos en el día de hoy, con logros, con déficit y con muchos puntos que hoy la sociedad argentina lo tiene bajo un estado de evaluación, esperando, por supuesto, un resultado.
Hoy, cuando estamos en el día cien de mi ley que yo vuelvo a repetir, para mí es la oportunidad de ver cómo la política argentina trabaja con un Congreso que no tiene número nadie y donde es necesario dialogar donde es necesario tener acuerdos donde es necesario que el Parlamento tenga más vigencia que nunca y que haya reuniones por un lado, reuniones por el otro nos encontramos con un Gobierno que hasta ahora no pudo dar demasiados pasos, porque estamos hablando de un presidente sin leyes, un presidente que tiene un DNI pendiente todavía, pero que tuvo un proyecto de ley que no ha funcionado y en medio de estos cien días se producen para mi gusto dos acontecimientos muy fuertes para tener en cuenta uno.
Es lo que ustedes van a ver en las últimas horas guardias colapsadas por dengue en la Argentina y fundamentalmente en la ciudad de Buenos Aires. Cuando esto sucede, yo sé que hay una situación de alerta.
¿Por qué? Porque Buenos Aires multiplica por diez todo lo que pasa en la Argentina y hoy hay ciento veinte mil casos y hay setenta y nueve muertos.
Nosotros en un rato vamos a hablar con Fernán Quirós, que para mí es uno de los sanita más serios que tiene la Argentina y que trabajó con absoluta transparencia en lo que fue la lucha contra el covid aquí en nuestro país. Pero no sienten a esta altura que hay una desinformación absoluta sobre el tema del dengue?
El ministro de Salud o el secretario de Salud de la Nación da una conferencia de prensa para explicarnos algo. Acá hay una confusión porque hay médicos que dicen la vacuna del dengue nos la tenemos que dar, pero la inmunidad la tenemos en tres semanas y otros dicen en tres meses El mosquito del dengue es un mosquito diferente en cuanto a las características que se cría más dentro de nuestros hogares que en un parque.
Si salimos a caminar o a recrear con nuestros chicos hay una desinformación total y absoluta. Y acá sí que hay una culpa del Gobierno nacional fuerte, porque el Gobierno nacional primero tiene que activar a un ministro que no le conocemos ni la cara con ministros que no hablan.
La gestión se opaca, no alcanza con denunciar todos los días con Manuel adorne a Pérsico, al del movimiento. No sé cuánto al de no sé qué. Al de no sirve. Hay que abrirlo, hay que contarlo, hay que explicarlo y hay que llevarlo a la justicia. Porque si no queda en la anécdota de un vocero que, en un tono muy discutible para mi gusto, por momentos canchero o así extraño, termina generando lo que para mi gusto no es necesario en estos momentos, que es confrontar permanentemente de la grieta.
No sabemos lo del dengue con claridad. El Gobierno nacional está obligado a abrir lo que ellos llaman un gasto, que es la pauta, no la pauta para enriquecer a un periodista la pauta. Para que los medios informen.
Hoy tiene que haber página entera de todos los diarios de Argentina. Tiene que haber publicidad en todos los medios nacionales explicando cómo combatimos el dengue, si nos vacunamos o no, nos vacunamos. ¿Dónde vive ese mosquito, cómo lo combatimos?
Hay una desinformación brutal. Estamos tratando un tema en forma aleatoria, como si no pasara nada. Murieron setenta y nueve personas. Hay ciento veinte mil personas infectadas. Hay una vacuna reciente que no sabemos si es eficiente o no. No sabemos absolutamente nada.
La vacuna tendrá que ser obligatoria. ¿Quién lo explica? ¿Dónde está el secretario o el ministro de Salud de la Nación?
Hoy vamos a hablar con Fernán Quirós porque es un capo y porque tiene una vocación y porque sabe que hay que hablar en estos momentos.
¿Dónde está el ministro de Salud de la Nación en el momento que tenemos dengue, si no se van a parecer al que tuvimos hace poco tiempo?
¿Se acuerdan que Alberto Fernández, en uno de los pocos gestos de autoridad que tuvo su gobierno, los sacó? Estoy hablando del ministro Ginés, que en algún momento, cuando vino la televisión, le preguntamos Doctor, qué pasa con el Covid? Y sacó aquella lamentable frase A mí no me preocupa el Covid, me preocupa el dengue.
Bueno, hoy no tenemos suministros que se preocupen por algo, porque no sabemos cuál es su preocupación con relación al tema del dengue. No sabemos si van a ser obligatoria o no. La vacuna, si la vacuna es necesaria o no. Si la aplicamos hoy, nos da inmunidad. En dos meses, en tres meses, en cuatro meses o en dos semanas.
La situación hoy es de desinformación. Es lamentable ver la gran cantidad de colas en las guardias de gente que apenas puede mantenerse en pie porque los síntomas del dengue son terribles y un mosquito nos puede llevar a la muerte.
Javier Milei tiene que habilitar una pauta para tocar un tema puntual, que es la salud de los argentinos. Esto no es un gasto, esto es informar a la población y hacer las cosas como se debe.
Ojalá que reaccionen. Ojalá que alguien le diga Yo sé que hay una mesa, chica. Hay el señor Caputo, el señor Santiago, la señora Milei.
Che Javier. Hay una desinformación impresionante. Activemos al ministro y promovamos información para el país. Las pautas están para eso, para contar lo que está pasando, para difundir, no para armar propaganda del Gobierno. Construimos doscientos pasos a nivel. ¿Generamos la luz? No, eso no. Si quieren. No, no lo dejamos.
Pero estamos hablando de un caso excepcional y gravísimo para la Argentina. Creo que si hoy ven las colas en los hospitales, tal vez reaccionan. Y para terminar, quiero escuchar un testimonio porque ayer tuvimos un día de quinientos cortes y quinientos picotazos en la Argentina.
Por supuesto que uno se sensibiliza con la gente que necesita cosas. Yo no me sensibiliza cuando me entero, por ejemplo, que siempre hay alguien cuestionado.
Y ayer fue el señor Pérsico porque ahora fue denunciado por ser juez y parte y entregar enormes subsidios a cooperativa suya. Vieron que acá había algunos que eran funcionarios y piquete de calle a la vez.
Y esto, la verdad que no resultó, esto no resultó. Yo cuando escucho este tipo de cosas me indigno como que hay comedores, fantasmas, me indigno como que jodía con la comida y hoy se indignan porque falta comida o cuando algunos manejaban el movimiento, por ejemplo, de la comida seca.
Y no sabemos para dónde iba, porque no había ningún tipo de auditoría y cuando con los pobres se hacen negocios a favor de muy pocos. Esto realmente es indignante.
Pero también es indignante que hay otra porción enorme de argentinos que sufre los cortes que sufre la intolerancia que sufre el pato. Temo que vivimos ayer con gente rompiendo veredas y tirándole cascotes a la policía, con gente que paga impuestos, con gente que se rompe el alma en una Argentina que no funciona y que no arranca nunca y que vive en el desencanto.
Escuchen. El testimonio de este comerciante de Avellaneda está ahí, sobre la avenida Mitre. Hablaron mil veces todos sobre cómo encontrar un camino y una solución para poder en una Argentina fundida. Tratar de no fundir más gente.
El puente Pueyrredón punto clave, la avenida Mitre, una avenida que por momentos quedó desierta porque es imposible subsistir. Un comerciante que se hartó de tanta intolerancia porque en la Argentina hay dos partes, los piqueteros y los que no son piqueteros, que también tienen derechos, a pesar de que pareciera escuchando este testimonio, que no es así.
"Yo me levanto todos los días a las seis y media de la mañana, todos los putos días para venir para la gente, no echar a la gente, no echar a nadie. Tengo el alquiler que tengo, los impuestos más caros, que tengo, todo lo que se te pueda ocurrir y no. Y pongo el pecho, le pongo el pecho a mi papá con ochenta y dos años a mi casa a Juancito esto Juan, yo no soy ningún partido político.
Yo lo único que sé que me tengo que levantar todos los días en la mañana a mí de los catorce años me enseñaron la cultura a trabajar. Mi papá está no me enseñaron la cultura a trabajar, pero así no se puede más. Así no puede más.
Te juro por Dios, me duele el alma. Mis hijas. Papá, no salgas, ¿Me entendés?
Yo pongo el pecho, pongo todo lo que tengo que poner, pongo, hago todo lo que tengo que hacer. Yo todas las putas mañanas me despido de mis hijas porque no sé si me van a afanar, Me van a matar. ¿Qué mierda va a pasar? ¿Me entendés, qué hago?
La voy a seguir peleando, obviamente porque sabés lo que es más fácil para mí cerrar y voy a luchar día a día por ellas, por mis hijas. Voy a lucharla y la voy a seguir peleando".
Así no se puede más.
Es una misma Argentina, pero con dos miradas con dos argentinas. Los que cortan y creen que tienen todos los derechos y a los que les cortan la vida. Y como este caballero pierden todos los derechos desde hace muchísimo tiempo sin poder avanzar.