
Hoy es un minuto de gran preocupación porque desde hace un tiempo a esta parte se viene contando y se viene especulando con que el vínculo entre el presidente de la nación, Javier Milei, y la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, viene con inconvenientes.
Primero molestó la autonomía de la señora Villarruel en cuanto a su agenda propia.
Yo la verdad que no le veo demasiada independencia.
Estuvo en algún momento con el gobernador Sanz en la provincia de Salta, como un hecho saliente sacó una estatua o un busto de Néstor Kirchner del Senado, pero que eso es más ruido para la tropa propia y para la propia, para la tropa ajena que para la Argentina.
Después empezamos a escuchar muchísimos comentarios sobre designaciones, sobre la rosca excesiva, sobre la posibilidad de tener algún tipo de acercamiento o vínculo con Mauricio Macri. Después se habló que no se querían retrotraer los aumentos legislativos, que también fue una desintegre.
Porque más allá de todo esto automático que si le aumento a un empleado público le aumento a los legisladores, me parece que ni Martín Menem ni Victoria Villarroel estuvieron a la altura porque después hubo que retrotraer ante el enojo de un presidente y ante el llamado del presidente o yo che, qué están haciendo?
Y ahora a lo último, la sesión en consulta de del decreto de necesidad de urgencia. A mí la palabra enojo de mi ley con la vice realmente me produce preocupación porque creo que este es un país que tiene que sumar.
Este es un país donde en las últimas horas, increíblemente nosotros como periodistas y como ciudadanos, también festejamos acá cuando Sergio Barney dice me pongo en contacto y a disposición de Patricia Bullrich y el gobernador Kírov, por supuesto que defendiendo intereses.
Porque el problema de Rosario, como una catarata, comienza a caer sobre el conurbano. También presta lo que tiene que prestar, que es atención, recursos en una Argentina muy pobre y hoy en la Argentina este tipo de cosas nos llama la atención.
Nos llama la atención ver a Macri sentado al lado de Ks Lov el día que asume un presidente democráticamente elegido por los argentinos. Como fue Javier Miley, todo este tipo de cosas porque vivimos en un país que está partido permanentemente, no solamente por la grieta, sino porque quienes tienen que conducirnos siempre tienen profundas diferencias.
Y eso que forman parte de un mismo espacio. En Argentina quedó demostrado en los últimos tiempos que las coaliciones son buenas para ganar elecciones y muy malas para gobernar.
Porque nunca el uno y el dos están en sintonía en la Argentina, ni en aquellos viejos tiempos donde llegaba Raúl Alfonsín, que llegó a tener distancias con Víctor Martínez, que fue su vicepresidente. Ni que hablar de Carlos Menem con Eduardo Duhalde.
Eduardo Duhalde tenía su propio proyecto presidencial y cuando compitió con De la Rúa, todo el mundo sostuvo que Carlos Menem apoyó a De la Rúa y no a Duhalde.
Duhalde fue a la provincia de Buenos Aires, después con el tema de la participación y no sé qué historia y se transformó en un gobernador eterno.
Pero no llegó a ser presidente por el voto popular, porque, según Dual y su gente no tuvo el apoyo de Carlos Menem. Cristina Fernández con la historia de Cobos.
La idea de estas geniales que ha tenido el killer mismo en la Argentina, como la de Alberto Fernández, la ciento veinticinco Cobos nunca más se le habló. El enemigo del movimiento afuera y se terminó el asunto.
Néstor Kirchner, cuando va a disputar la presidencia, que tenía muy poco número en Buenos Aires enfrentando a Carlos Menem, dice Duhalde Che Sio es un buen candidato.
A vicepresidente llega Daniel Scioli. Al poco tiempo tenía turismo. No sé qué historia vuela Daniel Scioli, que después fue buen gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Desde el punto de vista electoral, cuando él tenía un proyecto de ser jefe de gobierno en la ciudad de Buenos Aires. Scioli también siempre de reojo, maltratado, mal cuidado, inconvenientes para mandarle el cinismo, la participación a la provincia de Buenos Aires.
Después vino el de Macri con Michetti. La verdad que yo no sé si hubo buen vínculo o no, porque como hay un Macri tan extraño y lo hemos visto en los últimos tiempos con el manejo que tuvo con la resta y con Bullrich que cree que todos son empleados o que todos son subordinados de él.
La verdad que no sé, pero sí sé que Gabriela Michetti, que en algún momento fue un ancla electoral de la ciudad de Buenos Aires, no apareció ningún plan. No la vimos nunca más a Gabriela Michetti no la vimos nunca más.
Hubo algunas diferencias y hubo algún tipo de problema. También el karma de los vicepresidentes. ¿Cuál es el problema argentino?
Que los presidentes creen que gobiernan solos y que tienen algún atisbo de monarquía. Ni que hablar del último. Me olvidé el gran invento de Cristina Fernández de llevarlo a Alberto Fernández.
No se dirigían la palabra. Cristina Fernández lo retaba en cada oportunidad que podía. Un de estrato, un maltrato permanente y un gobierno que empezó a tener problemas muy serios.
Además de la inoperancia de Alberto Fernández. Desde esta te creada con su vicepresidenta, que nunca podía ser la dos de un uno que no estaba para ser uno.
¿Cuál es el problema? Los presidentes creen o tienen algún gen o algún atisbo de monarquía que creen que están solos. Y me olvidé de Fernando de la Rúa con Chacho Álvarez.
Escándalo brutal y disolución de la Alianza a partir de la renuncia inoportuna de Álvarez en su momento. Miren la cantidad de vicepresidentes que formaron parte del desatino argentino.
Martínez con Alfonsín, Silicon Néstor Kirchner, dual de con Menem, Cobos, con Cristina de la Rúa, con Chacho realmente increíble. Alberto Fernández con Cristina Fernández y hoy Miley Villarruel, otra vez realmente imposible de entenderlo y de creerlo.
El karma de los vicepresidentes o Javier Miley le pone activos de un personalismo desmedido a su gestión o la señora Villarruel avanza con una agenda propia en consulta y no se da cuenta que es la dos, aunque tal vez tenga idea de en algún momento pretender ser la uno realmente preocupante, porque en el medio estamos nosotros.
Cuarenta y siete millones de argentinos. Mayores preocupaciones, inflación, inseguridad, incertidumbre, cincuenta por ciento de país pobre. Ayer dimos un dato de Unicef brutal.
Siete de cada diez chicos en la Argentina son pobres. Muchos chicos no comen cuatro veces por día. Estamos pasando un momento dramático como para tener hoy que tolerar una nueva diferencia entre un presidente y una.
Avise cuando creíamos que esto podía estar saldado o cancelado. Ojalá que no sea así. Ojalá que reflexionen. Ojalá que piensen. Ojalá que entiendan que la gente vota una fórmula y ojalá también que cada uno entienda cuál es su gestión y su función por el bien de todos nosotros.
Porque haciendo este repaso del ochenta y tres a la fecha, los resultados, las diferencias, las rupturas y los quiebres a los argentinos no nos sirvieron demasiado