Cerramos una semana donde hemos visto algunos datos auspicioso e importantes para el país y algunos que son bochornosos y preocupantes. El dato auspicioso, la baja de la inflación Estoy totalmente en desacuerdo con todos aquellos que ahora y son personajes muy particulares y fundamentalmente de redes sociales. Están descalificando al señor Marco, la Vania y a INDEC, los que no. Se preocupaban demasiado por una Argentina en el gobierno de Alberto Fernández Rota en un montón de cosas. Uno hoy, como no les gusta cuando algo funciona, marcan diferencias y atacan gente sin ningún tipo de fundamento.
Quiero contarles que nada ha cambiado, que los dirigentes son los mismos. El responsable del INDEC es la misma persona que por su transparencia, por su honestidad, por su capacidad y por un nombre que está ligado a la economía de la Argentina, por su padre y por él trabajan seriamente.
Así que hay quien tenga algún tipo de de duda que la busque por otro lado, o que se resigne a vivir en un país donde es necesario, sí o sí, bajar la inflación, porque bajar la inflación es bajar la pobreza y bajar la pobreza. Es lograr que muchas menos personas no importa a quién gobierna, vivan más dignamente, porque la historieta esta de cuanto mejor, peor y ojalá que les vaya pésimo.
Y ojalá que en Semana Santa ese tipo de argumentos son pésimos y todos vivimos dentro de un mismo país que les tiene que ir bien alguna vez. Bien, después de tantos golpes y después de tantos fracasos.
Lo que pasamos en el día de ayer marca otra vez una cuestión o de desorden por parte del gobierno o una falta de respeto a la institucionalidad. Me refiero, por supuesto, al Senado o, entre otras cosas, una Argentina donde puede pasar cualquier cosa a cualquier hora y en cualquier lugar.
Me parece que el gobierno argentino tiene que dar certezas urgentes de lo que pasó ayer en el Senado. Saber si este senador con doscientos mil dólares cruzando una frontera y atrapado en Paraguay tiene que seguir ahí adentro o no.
Yo soy de los que confían plenamente en la justicia, pero como la justicia argentina tarda siglos, me parece que a veces, ante situaciones tan sensibles como éstas, hay que marcar un límite. Acá no tenemos que probar si el señor Qader cruzó o no cruzó con dinero. Está comprobado. Entonces, a partir de esta actitud, que es una irregularidad y forma parte dentro de un catálogo de delitos, tiene que estar afuera del Senado.
Después veremos lo del señor Parrilli y los que están ahí adentro, que la mayoría tienen causa y tendremos que ver un poquito. Nosotros, los argentinos que votamos cómo votamos porque metemos a toda gente con antecedentes. ¿Qué es esto? El que no está con este caso está con el otro, que la jueza Arroyo Salgado allá un una cosa vergonzosa y hacer otra cosa vergonzosa el comportamiento de la legislatura porteña, donde la mayoría dispuso una vez más que no tengamos ficha limpia.
La ley de Ficha Limpia también cayó en la ciudad de Buenos Aires porque los legisladores del Ker mismo y de la izquierda argentina eligen proteger corruptos y se sienten cómodos dentro de este ambiente. La izquierda también ayer escuchaba a la señora Bregman, que también se la pasa hablando para mi gusto, cosas generalmente desacertadas. Yo no sé directamente por qué no van con otros partidos, no, porque tienen una sintonía al ciento por ciento y después quieren diferenciarse.
Quieren proteger a corruptos, quieren proteger, nos van a meter en algún momento algún arco ahí adentro, en la legislatura o en el Congreso, después nos va a costar, nos va a costar y no escuchan a la gente, porque acá los porteños piden a gritos ficha limpia, como pidieron a nivel nacional más del setenta y ocho por ciento de los argentinos.
Hay que terminar con la impunidad. Hay que dejar de ser cómplice de los ladrones. Yo no comprendo acá como muchos defienden corruptos, porque algunos lo harán desde la conveniencia o desde bueno, recibo algo me beneficio y otros desde una profunda fe pero a Dolores lo hacen.
Además, no porque no se puede justificar desde ningún punto de vista y realmente serio. Me parece que a esta altura y a esta hora ya el Gobierno tendría que dar una explicación si el presidente partió a las doce, si la vicepresidenta no estaba alertada y tengamos un sistema más creíble y más confiable. Porque si el presidente se va de la Argentina a las doce y la vicepresidenta no sabe ayer estábamos tratando el tema de un senador que se raja de la Argentina con doscientos lucas verdes, pero puede estar pasando algo más grave.
Y es probable que estén sin sintonía el uno, el dos y toda la gente que forma parte de un equipo. El Congreso. Dónde queda en Júpiter, que nadie puede ir personalmente si no le atiende en un teléfono. La conducta de la vicepresidenta de la nación es una conducta autónoma. Mmm uno o en algunos momentos en sintonía con el gobierno, me parece que hay muchas cosas que contestar en el día de hoy. Y la imagen esta lamentable del señor Parrilli con un fatuo, provocando porque se queda en el Senado como diciendo vengan a buscarme. No me pudieron encontrar un nivel institucional espantoso y paupérrimo. Creo que los argentinos tenemos que estar muy atentos más allá de los fanatismos, más allá de los partidos políticos o de los frentes electorales.
En el dos mil veinticinco tenemos una oportunidad para saber qué ponemos y qué no ponemos más dentro de un congreso o dentro de una legislatura. Porque este tipo de conductas hoy tan visibilizados, tan explotadas por los medios y tan monitoreadas y duplicadas y triplicada por las redes sociales, nos tienen que poner a nosotros frente a una realidad.
Somos los que imponemos los límites, haya ficha, limpia o no haya ficha limpia. Lo que tenemos que hacer es no votar corruptos. Es no votar procesados es no votar. Gente que entró con una mano atrás, un adelante y hoy tiene departamentos, casas, empresas, fantasmas, bienes en el exterior que no pueden justificar porque son públicos sus salarios, pero no son públicas porque lo esconden permanentemente sus actitudes y su enriquecimiento personal, que es asqueroso y vergonzoso.
En un país donde más de la mitad de las personas están en pobreza absoluta y no saben si van a tener una buena comida El veinticuatro de la noche, en la noche previa a Navidad. Y nosotros estamos metiendo corrupto, justificando cosas justificando que la hora que se fue, que no se fue, que no, que metamos aquella que pongamos, no, que es tuyo, no, que es mío. Reflexionemos nosotros lo que no hacen ellos lo hacemos nosotros, porque las urnas en sur las mandamos nosotros, no mandan a los policías.