Hoy charlábamos con Santiago Cafiero y por supuesto, vuelvo a repetir.
Estamos en horas definitivas, importantes en la Argentina, trascendentes e imposibles que pasen de largo.
Y la verdad que uno no sabe porque éste es un país que vive de crisis en crisis, ahora muy dura y muy severa por la cantidad de problemas que tenemos desde hace un tiempo largo a esta parte.
Yo cuando me preguntan Che los tiempos duros, difíciles, largos, malos no los califico porque se me ocurre.
Yo creo que los últimos años de Cristina Fernández, su último Gobierno, fueron muy malos.
El Gobierno de Mauricio Macri fue muy malo.
El Gobierno de Alberto Fernández no coincido con Santiago Cafiero, fue malísimo y el comienzo de Javier Miá es una incógnita.
Por qué?
Porque lleva un mes.
Si yo comparo este mes con el Gobierno anterior estoy cometiendo un error porque son cuatro años contra un mes.
Pero tampoco estoy de acuerdo con que los que se fueron porque perdieron la elección hace muy poco tiempo, crean que Alberto Fernández era Angela Merkel, porque si no hubiese seguido en el poder y la gente hubiese determinado la continuidad de un modelo, la continuidad de un sistema.
Pero me parece que la comparación hoy no corresponde.
Qué veo en el principio y cosas que no me gustan?
Que se pre pote, como sucedió ayer en el Congreso de la Nación?
Que haya una intolerancia absoluta, que se crea que la política no es necesaria a la hora de buscar consensos en la Argentina, a que todo el mundo es COI mero, a que todo el mundo es corrupto y a que todo el mundo hizo todo mal.
Eso no es lo que está pasando en la realidad, porque a lo largo de la historia hemos tenido gente potable, gente imposible, gente que para mi gusto tendría que estar hoy con una justicia mucho más rápida, tomando determinaciones sobre su acción en los distintos gobiernos que anteceden al de Javier Miley.
Y tampoco creo que la forma de generar un espacio o una legitimidad es manejarse a las patadas, porque esto ya lo hemos visto, no cuando se iba por todo o cuando estábamos a los gritos permanentemente creyendo que gritando nos imponemos y me parece que la gente buscó otro camino en la Argentina un camino que no sabemos cuál es, pero un camino diferente y que marca que las otras expresiones o los otros formatos han fracasado en la Argentina.
Entonces me parece que nosotros también.
Hoy tenemos que observar qué hace el Parlamento, qué hace el presidente, si es cierto o no, que ya tiene interna con la vicepresidente de la nación.
Qué vamos a tener los argentinos en breve?
Porque paciencia tenemos, pero con ciertos límites.
El Gobierno anterior.
A Mauricio Macri le tuvo una paciencia que le permitió ganar la legislativa, pero perder primera vez un presidente que pierde la posibilidad de la reelección.
El segundo, que ni siquiera se presentó Alberto Fernández.
Entonces creo que esta paciencia tiene que ver con no digo un bienestar, porque hemos perdido el bienestar, pero con una estabilidad, con no estar barranca abajo permanentemente, desde los precios de los medicamentos, desde los precios de los alimentos, desde los precios que tienen que ver con la vida cotidiana, con las escuelas, con los teléfonos celulares, con las tarifas Yo creo que hay un entendimiento que algunas cosas no van y que no iban más con ninguno.
Pero también hay una cuota donde hay que explicar a dónde vamos y cómo vamos.
Porque a las patadas no vamos a ir a ningún lado.
Y lo de hacer fue un signo de irritación.
Por qué no cambia la vida de los argentinos que Expert lo maltrate a Cafiero o que del caño crea que es el presidente de la nación cuando apenas juntaron el dos por ciento de los votos?
Tiene la legitimidad de diputado, por supuesto, porque fue elegido y puede parlamentar y puede presentar la idea que se le dé la gana.
Después irá todo a votación y un día alguien dirá sí o no, pero que hoy, en medio de una ley ómnibus que para algunos es a todo, nada la definición de un país en cuarenta y cinco días.
Los protagonistas, todos los santos días, sean Bregman o del cráneo.
A mí particularmente, me parece que estamos perdiendo mucho tiempo.
Me parece que estamos perdiendo mucho tiempo y mucha energía.
Ayer veía grito, veía prepotencia uno encima al lado del otro, apagando micrófonos, gritando Desde eso no va, Eso no va.
Tenemos que intentar buscar consensos.
Si la ley ómnibus eterna de mil presentaciones tiene ochocientos que no sirven.
Bueno, habrá que corregirlas y esto irá decantando y esto se irá depurando.
No podemos cambiar la Argentina en diez días, la decadencia de décadas de décadas y de década.
Pero también tenemos que entender que los protagonistas de todos esos fracasos hoy también tienen que estar más amplios y tienen que estar más permeables.
Porque vuelvo a repetir cuando ven que el que ganó es un outsider.
Les debe doler.
Y cuando ven que la gente no los votó y los desplazó de los gobiernos que encabezaron Macri, Fernández, la otra Fernández Cristina, se darán cuenta también que por algo sucedió y por algo la gente cambió para terminar brevemente.
Hoy veía un informe esperando lo que es el informe de inflación, que va a ser altísima y vuelvo a repetir hoy.
Espero que no haya ningún tweet, ningún nada que hable de un número que tal vez no sea el de treinta como un número oficioso, porque cada punto de inflación es una ola de pobreza.
Y en la Argentina si hoy tenemos treinta veintinueve, veintiocho, veintisiete veintiuno dieciocho que no vamos a tener es un horror y el mundo no lo tiene.
Así que cuidado con los comentarios.
En el día de hoy, para terminar en ocho años aumentó tres veces más que la matrícula en los colegios estatales.
La presencia de chicos saben por qué?
Porque creció veintiuno, por la cantidad de estudiantes que van a la escuela a comer.
Y esto marca la crisis bestial que tiene la Argentina, porque uno de cada cuatro chicos almuerza en un comedor escolar.
Los alumnos que almuerzan gratis en las escuelas estatales crecieron y muchos de ellos lamentablemente van a comer.
Pero faltan muchas veces a la otra parte clave de la escuela, que es la clase y es la educación.
Creció veintiuno por ciento la cantidad de estudiantes que comen en la escuela.
Repito, en ocho años aumentó tres veces más que la matrícula.
Ojalá que cuando veamos hoy las comisiones en diputados estén atentos a este tipo de números que, más allá de marcar una estadística, marca la realidad de donde está la Argentina.