Como todos los días, en la próxima hora vamos a hacer una recorrida por todos los gremios para que ustedes tengan una idea, una magnitud de lo que vamos a vivir en el día de mañana, porque mucha gente y lo venimos escuchando desde temprano a nuestros oyentes, nos plantean las dificultades que tienen mañana en un día de paro general y me parece que lo imprescindible en un país como el nuestro es la posibilidad de poder tomar decisiones.
Hoy mucha gente nos contaba y la verdad que no sé en mi trabajo que van a decidir. ¿Nos van a poner algún transporte? Tengo que llevar a los chicos a la escuela.
Un decía no, la maestra va, Tengo que llevar a mi chico al jardín. Vivo cerca, voy caminando. Sin duda que mañana el éxito del paro está garantizado porque al no haber colectivos, al no haber trenes, al no haber subte el ciento por ciento del transporte público hace que la gente no pueda viajar.
Es la solución. Bueno, vamos a discutir siempre. Yo siempre pregunto no los paros de Javier Miley, que es el presidente con más paros y con menos leyes hasta el momento, pero los paros de toda la vida en algunos gobiernos, con mucha frecuencia en otros casi inexistentes.
Nunca vimos el día después con modificaciones. El viernes diez se va a levantar la Argentina con los mismos problemas que tiene desde el punto de vista de la imposibilidad que tenemos para poder sentarnos, dialogar y buscar algo mejor, porque cuando uno va a un paro va como consecuencia de situaciones durísimas que se vive en un país y éste lo está viviendo.
Y hay muchos sectores muy golpeados y lo marcamos siempre, pero decía que hay que marcar lo que no nacieron en el mes de enero. Son décadas y décadas de decadencia, lo que no escucho en la Argentina a nadie, a nadie, a nadie, con alguna idea superadora par si che el diez, yo propongo esto, entonces, a partir del diez, tratemos de debatir otra cosa, no quedarnos hoy en la ley de bases, porque pareciera que la ley de bases para unos es la refundación de la Argentina y para otros es la refundición de Argentina y me parece que hoy estamos fundidos y que tenemos que ver cuál es el camino para intentar salir.
Otro tema importante lo barato sale caro. Y la verdad que ahora que pasó un tiempo y que hacemos un análisis, sí, claro. Salió Alberto Fernández como presidente de la Nación, no solamente porque nos va a cobrar una jubilación de siete millones de pesos y un retroactivo que ahora les voy a contar de treinta y dos millones, sino fundamentalmente por el poco espacio que la historia le va a dar como presidente argentino.
Un presidente que no tuvo ni siquiera la valentía de enfrentar a los propios dentro de su espacio, que estuvo bajo un estado de sumisión porque lo eligió Cristina Fernández y que tuvo cuatro años de una gestión no solamente flojísima, sino muy ajena a lo que pretende siempre el argentino, que ve en el presidente o en la presidenta un líder, alguien que va para adelante, alguien que está para resolver bien o mal, porque nos ha ido bastante mal los argentinos.
Pero los argentinos veían algo en Raúl Alfonsín. Los argentinos veían algo en Néstor Kirchner. Los argentinos vieron algo en Cristina Fernández. Los argentinos vieron algo en Mauricio Macri.
Los argentinos vieron, vieron, vieron o vimos, pero no vimos demasiado en la gestión de un presidente sumiso que quedó en un segundo plano desde el primer momento, que apenas pudo gobernar para todos los argentinos, pero que tampoco pudo gobernar dentro de su propio espacio. Un presidente que dejó de hablarse con la vicepresidenta durante larguísimo tiempo haciendo rancho aparte que no pudo llegar a una reelección.
Por lo general, en Argentina, los que no acceden a la reelección es porque no tienen la posibilidad de hacerlo. Alberto Fernández tenía cuatro puntos en el momento que alguno dijo Che vamos por la reelección de Alberto, era imposible. No podía ganar nunca, porque la gestión no solamente fue flojísima en un montón de aspectos, sino que estuvo marcada y sin nada.
También por algunos hechos la falta de personalidad para enfrentar a Cristina Fernández, la fiesta de Olivos que marcó y que lo condenó a perder un ochenta por ciento de imagen positiva que tuvo en el tratamiento inicial de la pandemia. Después vinieron un montón de hechos, el vacunatorio VIP, etcétera, etcétera.
Que todo eso lo opacó, pero en un principio llegó a tener un ochenta por ciento y la gente lo eligió como punto de equilibrio ante el fracaso de Mauricio Macri y la posibilidad de un King que no fuera kirchner puro. Pero con Alberto Fernández como cabeza no resultó.
Y lo barato sale caro porque el lancé le va a pagar a Alberto Fernández una jubilación de privilegio en una Argentina donde el setenta y cinco por ciento de los jubilado cobra un desastre en línea de pobreza, casi de indigencia. Nos damos el gusto todavía de hablar de jubilaciones, de privilegio en la Argentina. Acá sí que nadie va contra este derecho, eh?
Que la verdad que es un derecho para muy poco de reyes. María Estela Martínez de Perón nos sale tres millones seiscientos mil pesos por mes. Cristina Fernández, catorce millones, quinientos ochenta y cuatro mil pesos por mes. Mauricio Macri seis millones. Novecientos setenta y tres mil quinientos setenta y cuatro pesos por mes. Amado vudú, cuatro millones. Doscientos cuarenta y cuatro mil doscientos cincuenta. El ex presidente provisional Adolfo Rodríguez, a seis millones seiscientos. Y así la hija de no sé quién, del presidente Guido, la viuda de la Rúa. Una cosa, pero realmente increíble, Imposible de entender cuál es el privilegio.
¿Fueron presidentes? Sí, exacto. ¿Fueron vicepresidentes? Sí, exacto. Pero viven en un país donde el setenta y cinco por ciento de los jubilados cobran miseria y donde tenemos un sistema que solamente se logra por moratoria, porque la gente no puede hacer aportes porque no tiene trabajo en blanco.
Pero esto no es todo porque la Administración Nacional de Seguridad Social francés, que dirige el abogado Mariano de los Heros, aprobó ayer un trámite que presentó el propio Alberto Fernández para acceder a esta jubilación de privilegio pidiendo el retroactivo.
Y hay que pagarle treinta y dos millones de pesos más. El pago de retroactivo corresponde a todos los jubilados. Esto hay que decirlo, haya sido o no presidente.
Pero Alberto Fernández en el dos mil veinte había firmado un decreto donde los gastos extraordinarios ante la crisis que teníamos por la pandemia no se cobraban y, entre otras cosas, no se cobraban los retroactivos de las jubilaciones de privilegio. Pero parece que esto se olvidó y esto se borró.
El pago se ajustó a derecho. Es lo que nos dicen hoy cuando preguntamos Che, por qué tanta plata?¿No? Treinta y dos de retroactivo siete millones por mes de jubilación en un país donde hay privilegios para muy pocos y hay disgustos y dinero magro para la mayoría de la gente.
Alberto Fernández, el último presidente elegido por los argentinos, nos cuesta treinta y dos millones de pesos de retroactivo y hoy siete millones de pesos más todas las variables que tendrá el beneficio a partir de su aplicación, que es en estos días, como decía mi abuelita y la abuela de muchos de ustedes, seguramente lo barato, lo barato sale caro.