
En un país con algunas costumbres a las cuales realmente me niego a adaptarme porque forman parte de un fracaso sistemático desde hace décadas. Y ese fracaso sistemático nos ha llevado desde el ochenta y tres a esta parte a tener una flecha descendente en temas tan importantes como salud, educación, principios morales, robustecimiento de una figura muy fuerte que fue clave en la Argentina, como la familia, la cultura del trabajo. Y viendo lo que pasó el sábado en el Congreso y en todos los suburbios políticos que tenemos a partir de la Asamblea Legislativa, uno comienza a sentir que realmente va a ser muy difícil intentar salir, por más que bajemos la inflación, por más que nos orden, por más que pensemos que la corrupción no es el camino y después de haber aprendido algunas cosas a los golpes.
Pero el sábado era un momento muy importante para todos los argentinos, porque con la Asamblea Legislativa empieza formalmente un año. Nosotros por una cuestión que tiene que ver con con las cuestiones del tiempo y las estaciones. Vivimos en pleno verano, lo que es el cierre de un año, el comienzo del otro. Tenemos una tregua y en marzo volvemos con todo el sinónimo de Comienza las clases y comienza el año. Bueno, empezó todo y el sábado empezó también la campaña electoral, porque estamos ante un año electoral.
Con todo lo que esto significa en la Argentina, porque es ratificar o no el Gobierno de Javier Miley con un resultado en las legislativas, es ver cómo seguimos ordenándolo económicamente porque tenemos una inflación descendente y tenemos una buena visión por parte no de los que vivimos acá, sino de los que están afuera los bancos del mundo, los especialistas que ven la posibilidad de un crecimiento interesante a lo largo de este año, vemos también que el Gobierno ha cambiado de oponente, No mira ya Cristina Fernández más allá que ayer. Ante una pregunta el presidente tiene que contestar hoy mira a Axel Kz Lov. El viernes piden la intervención de la provincia.
Después sacan el pie y dicen que solamente el tema de seguridad. Pero me parece que lo importante del sábado es hablar de un supuesto acuerdo con el fondo para levantar el maldito cepo que nos tiene paralizados desde hace años. La salida de este cepo que es fundamental para la economía argentina. Las reformas laborales que tenemos que hacer porque hace quince años que no hay empleo digno en la Argentina tenemos empleo así de baja monta de contratos circunstanciales, de mucho mono tributo, reformas fiscales porque somos uno de los países que mayor cantidad de impuestos pagamos.
Para mantener un Estado gigantesco hay que pagar cualquier cantidad de impuestos si los pagamos nosotros, la reforma migratoria porque sin ir al escándalo de Trump, nosotros sabemos que todos los países se tienen que ordenar en esta materia. Por qué? Porque los derechos son para los que vienen, para los que se instalan, para los que confían, pero no para toda esta cuestión golondrina que ha tenido y tiene la Argentina en un montón de cosas y que después de mucho tiempo y en esto tenemos que ver mucho los periodistas empezamos a entender que no pasa por cuestiones emocionales. Cuando vemos que los salte añoss, no accedían a las vacunas del dengue y se las llevaban a los vecinos y hay que empezarle a cobrar un drama.
Qué gobernador es insensible Argentina, el país con las fronteras abiertas y con las fronteras abiertas, pero cuidando primero a los argentinos, porque cualquiera que viaja ve que primero cuidan a los de su tierra y después abrimos la puerta y después somos los hermanos de Latinoamérica y después somos todo ese tipo de cosas que nos llevó a ser, tal vez uno de los países más bondadosos, más permisivos, pero descuidando a los nuestros. Y yo, con todo respeto en Jujuy, en Salta, en misiones, en todas las provincias fronterizas. Prefiero que primero cuiden a los nuestros y en caso que tengamos que cuidar a los demás, que tengamos una reciprocidad, que si yo viajo a Paraguay o a Bolivia y si tengo un problema médico no tenga que pagar diez mil dólares o me dejen tirado en la puerta de un hospital.
Ese es un tema y cubrir las vacantes judiciales. Porque ante una emergencia tan grave que tenemos con mucho juez, todavía garantista, con mucho fiscal paradito en la trinchera política sobre mil doscientos cargos, hay trescientos que no están ocupados. Hay que decir al gobierno que rapidez, solución a un tema grave.
Pero de todo esto de todo este paquete tan importante nos quedamos en el escándalo del diputado Manes con el asesor Caputo. Y realmente qué decadente lo que pasó el último día sábado, porque estamos estresando mucho la institucionalidad argentina, porque estamos ahí en el límite de actitudes que son actitudes autoritarias y que el Gobierno tiene que cuidar. Porque el hartazgo a los políticos tradicionales y el fracaso de los gobiernos que anteceden a Miley no les da lugar a creer que pueden ir por todo.
Ya alguna vez intentamos ir por todo y así no fue. Hay que tener orden, hay que tener límite. Hay que respetar la institucionalidad y hay que respetar la investidura presidencial. Yo no estoy de acuerdo. Acuerdo con que Manes esté a los gritos con la Constitución adentro del Congreso y muchísimo más en desacuerdo.
Estoy con que un asesor presidencial esté a los gritos desde un palco y baje con cara y con tono amenazante para con Facundo Manes. No hace falta ni siquiera estar discutiendo si hubo golpes o no hubo golpes. Hubo una actitud desafiante y pato que no corresponde más para un personaje que hace quince días venía con una tarjeta amarilla por intervenir una entrevista de un periodista al presidente de la nación. Qué tiene que hacer, bajar el perfil, adecuarse al momento?
No, seguimos apostando para arriba, para las cosas que están mal. Y Santiago Caputo es asesor presidencial. Es una de las patas fundamentales del presidente. El otro personaje, este Frank Fijad, que ni lo conozco y es de poca monta y de poca relevancia, también tiene que ubicarse, como todos esos chiquilin que manejan redes sociales y que se creen que son hoy los creadores del mundo a través de lo que ellos crean en un mundo virtual también tienen que bajar. Tienen que acomodarse porque ya vivimos mucha época en Argentina, de mucho grito, de mucho desprecio, de mucho tono descalificante.
Entonces hay que bajar, hay que bajar un poquito y hay que ubicarse, porque el predominio acá lo tenía el presidente con la asamblea. Y terminamos hablando de que de cosas menores siempre y de mal gusto. Como hace quince días que hablamos de un presidente que tenía que defenderse del escándalo Cripto de qué terminamos hablando? De la intervención de una nota por parte de Santiago Caputo a Jonathan Vialli el sábado era muy importante. De qué terminamos hablando? De la pelea de Manes con Santiago Caputo y este Fran fijado ni sé ni cómo se llama, que es un personaje irrelevante en la vida institucional de la Argentina.
Por eso me parece que tenemos que fijar metas, no estresar tanto lo institucional, no estar siempre en el límite al borde con la contestación a flor de piel buscando la descalificación permanente. Ypor otro lado, cuidar la investidura presidencial y hacer que el presidente también la cuide y que entienda que no hay que contestar absolutamente todo. Yo sé que está en un momento complejo, que está en un momento difícil y que todos lo buscan, pero está en un lugar de privilegio que se lo dio a la gente.
Otra cosa que no me gustó es el de estrato que hay entre el presidente y la vicepresidenta. Creo que hay responsabilidades compartidas y creo que mucho también tiene que ver la señora Villarruel, pero privarnos de ver el ingreso de Miley al Congreso para no ver si hubo o no saludo, cortarle la cabeza durante todo el tiempo que Milei estuvo al aire esa hora. Diez no ver la la la vicepresidenta sentada atrás como corresponde.
El hecho de esa supuesta interrupción cuando da por cerrada la Asamblea Legislativa y ese reto público del presidente son cosas que no van. La gente votó una fórmula y me parece que eso hay que respetarlo. Y ahí también estamos estresando la institucionalidad. Y si hay cosas gravísimas, que las resuelvan entre ellos.
Ya venimos de un gobierno desquiciado donde el presidente, desdibujado como pocos, Alberto Fernández no tenía diálogo con Cristina Fernández. Y así no fue. No repitamos cosas que están mal. Tratemos de modificarlas, tratemos de superarlas. Tratemos de ser alguna vez ingeniosos y encontrar un camino mejor. Empieza una nueva semana breve, corta. Empiezan las clases en la provincia. Una buena noticia se levantó ese paro.
Ojalá que con menos inseguridad y con mayor cantidad de idea, porque con peleas permanentes, con gritos, con pedidos de intervención. Y con pedidos de hacernos creer con datitos que tiene el ministro Alonso que todo está bien, no salimos, sino pregúntenle hoy en este día donde muchos descansan, lo que estarán sintiendo los papás de Kim, el esposo y los hijos de Silvia, la señora de Capa Chai o la familia de Lucas, que en tortuguita fue asesinado y deja un bebé muy chiquitito, un joven de veintiuno años, pocas ideas, pocas propuestas, mucho estrés institucional y un país que sigue debatiendo cosas viejas, ideas viejas, costumbres viejas en tiempos modernos donde los países superan la crisis conversando, dialogando y demostrando que se pueden hacer cosas mucho mejor que la Argentina de hoy.