Me tomo un minuto, como todos los días, y hay tres o cuatro temas de altísimo impacto y para mí de enorme preocupación. Uno de ellos tiene que ver con que en el año ya tuvimos 12 fugas de presos de las comisarías porteñas y no lo podemos resolver. Ya no tenemos una funcionaria pro presos como la señora Garrigós de Rébori y me parece que Patricia Bullrich, como ministra, tiene que solucionar este tema para sacar urgente presos de las cárceles, hoy comisarías y alcaldías de la ciudad de Buenos Aires. Para no repetir esto.
Dos presos escaparon ayer de Villa Urquiza. Tuvimos en San Telmo, estuvimos en Balvanera, no los pueden recapturar. Es un papelón sublime, porque la seguridad no puede estar en manos de gente que se profuga. Es un papelón. Entonces, ya que no hay una funcionaria que favorecía a presos y que decía "Che, no detengan porque no tengo lugar" y la verdad que no quiero tener presos y fue la responsable de lo que pasó en la pandemia.
No repitan lo mismo. La ministra Bullrich tiene que encontrar rápidamente lugar para trasladar estas personas a las cárceles federales y terminar con este asunto. Las comisarías no son para bregar presos y están escapándose todos los santos días y además no los pueden recuperar tema por ahí, lamentable, cerrado y preocupante.
Tema dos. El gobierno anunció ayer sin demasiada difusión, que logró ahorrar ciento cuarenta mil millones de pesos en cambios en el sistema de compras y baja de subsidios. En el Ministerio de Salud habla de prótesis, habla de medicamentos, habla de todo lo que está vinculado a un montón de programas que en muchos casos, dice el gobierno, estaban superpuestos porque se redujo la estructura política, se eliminaron programas que estaban uno encima del otro sesenta por ciento de gastos superfluo. El tema y esto fue anunciado por Mario Antonio Ruso, es que en el día de hoy nos enteramos que paralelamente también está siendo un ahorro muy importante en catorce mil compras de libros.
El problema es que se puede ahorrar tanto en materia de salud como en materia de educación, pero más que ahorrar, tenemos que encontrar la fórmula para evitar el curro, pero mantener los programas que son positivos, que el Ministerio de Salud anuncie un ahorro de ciento cuarenta mil millones por cambio que tienen que ver con Curros me parece bien, pero mientras tanto tenés que garantizar los medicamentos y mientras tanto tenés que mantener la idea si fue buena y reducir el costo, pero no eliminar todo como los catorce mil millones.
Ahí, dando vueltas con el tema de los libros, ¿cómo no se van a otorgar más libros a las provincias y las provincias se van a tener que hacer cargo? Eliminemos el curro, eliminemos los intermediarios, metamos en la justicia a los que están robando con la educación de los jóvenes argentinos, que bastante mal se están educando en estos momentos. Pero mantengamos lo que está bien, porque si no baremos con todo. Por supuesto que uno dice che ante un curro saquémoslo, pero no borremos la esencia.
Busquemos la fórmula para mantener si la idea es buena y vamos para adelante, no importa quién hizo la idea. Yo le dije mil veces acá acá hay ideas que son buenas y son de otros autores. Asignación Universal Elisa Carrió punto para adelante, tarjeta su y Florencio Randazzo punto ¿Para qué importa quién la hizo? El tema es que siga funcionando y siga funcionando bien, pero no nos quedemos con este festejo que se hace muchas veces a través del vocero. Cuando hay anuncios, borramos ciento cuarenta mil millones.
Dejamos de entregar 14000. No, no sirve. Eso digamos. Estamos en medio de una auditoría donde vamos a poner la cara de los responsables. Vamos a decir quiénes están manejando esto, pero las buenas ideas no las rompamos, no las rompamos. En las últimas horas hemos tenido también algunos hechos de profunda intolerancia por parte de algunas expresiones de periodistas. Por ejemplo, lo que pasó con Jorge Lanata y el presidente de la Nación.
Yo comprendo que si bien estamos en un momento donde las encuestas le están dando un número importante al presidente Milei, que creció más de cinco puntos en el último mes y donde la sociedad argentina cuando le preguntan cómo está usted, contesta en su mayoría mal y muy mal. Pero dice tener esperanza y dice tener ilusiones y dice que mira para atrás y no ve un solo político argentino que hoy pueda competirle al presidente para sacarlos de esto. Y dicen las encuestas, por lo general que ven en el presidente un ciudadano más cercano a ellos que a un político que cuando entra tiene algún tipo de consideración o de vida distinta a las penurias que viven los ciudadanos.
El hecho que el presidente repunte en un momento tan angustiante en materia económica no significa que podemos estar a las patadas y confrontando permanentemente. No significa eso. Significa que podemos tener ideas diferentes, opiniones distintas y ojalá que algún día en la Argentina sepamos diferenciar que es una buena opinión con el tema de los deseos. Yo no creo que haya gente malintencionada que desde la opinión busque descalificar algún gesto positivo que podamos tener los argentinos como sociedad.
Pero estamos en esta confrontación permanente que ya se enquistó en la sociedad argentina y que creo que gran parte de los votantes de Miley, fundamentalmente todos aquellos que acompañaron primero a la RETA o después a Patricia Bullrich y que pertenecen a la fuerza del Pro, desacreditaron en su momento con los tonos y las formas que tenía la presidenta Cristina Fernández.
Esta cuestión de descalificar al que piensa distinto esta cuestión de casi casi estar dando un master class frente a lo que piensan distinto y me parece que el presidente y ya lo hubimos visto en muchísimas oportunidades, más allá de un estilo más allá de una forma más allá que muchos festejan Este tipo de situaciones entra en un terreno confrontativo donde no hace falta.
En la Argentina hacen falta ideas. En la Argentina hace falta calma. En la Argentina hace falta escucharnos y entender que no siempre nuestra opinión es la mejor o es la única. Me parece que tenemos que empezar otra vez por esa sintonía, porque casi todos pensamos en algunos temas, lo mismo, salvo excepciones, y estamos permanentemente confrontando y gastando una energía que hoy el país la tendría que utilizar para otra cosa.
Ojalá estemos a la altura de este momento y ojalá el presidente entienda que estos números, que son circunstanciales porque uno sube, baja, baja, sube, como le ha pasado a todos los políticos argentinos en un país que es un hervidero y que está en una situación de altísima tensión en muchísimos temas le permitan pensar que más allá que mucha gente, esto lo festeja y adhiere. Hay otras formas que gran parte de la Argentina les gustaría como método para vivir un poquito más serenos y un poquito más tranquilos.