Hoy es un día importante. Mañana también para ver finalmente en este congreso que a mí realmente me encanta como luce, porque hoy, cuando hacía el porteo con Nuria, es importantísima la cantidad de espacios políticos que tenemos hoy.
En algún momento dominaba el Kirchner mismo. En algún momento tuvimos igualdad entre Kirchner y Macri. En lo los dos casos no tenía lo que tiene hoy la posibilidad de tachar de cambiar seiscientos cuarenta y seis artículos, llevarlos a doscientos treinta y dos de parlamentar, de buscar que el mínimo no imponible no sea lo que determina el Gobierno, que era un millón doscientos mil y hoy sea un millón ochocientos mil, que lo laboral también sea pulido y reconvertido.
Si algo no funciona, es decir, hay un Congreso muy, muy, muy dividido que permite que nadie desde una mayoría o desde una igualdad pueda hacer lo que se le da la gana. El Kirchnerismo decía Tenemos casi como una escribanía cuando dominaban.
Después, cuando hubo paridad entre Cristina y Macri casi no había sesiones porque nadie tenía asegurada una victoria y nadie quería perder frente a su antagónico rival. Hoy tenemos la posibilidad de describirlo mucho, mucho más fácil. Así que vamos a tener cuarenta y ocho horas donde tendrá el actual presidente su primera ley, porque es la primera vez desde la democracia que, transcurridos cinco meses, no tenemos a un que tenga su cajita de herramienta.
Por supuesto que el Congreso está para vigilar, para ordenar, para observar qué puede cumplir o qué no. Pero todos los presidentes arrancan siempre, lamentablemente en este país, en alguna emergencia, porque es un país que vive de emergencias. Vaya, si vive de emergencia, que estamos en una situación de inseguridad sublime.
No terminamos de solucionar ninguno de los problemas que nos aquejan. Yo comprendo que hay un tema narco gravísimo hoy en Rosario, en Santa Fe, pero no podemos vivir con robo tras robo en nuestra vida y con un un montón de menores involucrados y que nadie resuelve absolutamente nada.
La semana pasada Almagro, una pizzería fin de semana, crimen por una moto. Lo mismo que sucedió no hace demasiado tiempo atrás con el señor Kier en plena Panamericana, vuelve a repetirse en este caso, matando a una pobre mujer y dejando en una situación dramática al conductor de la moto, que es un policía. San Telmo. Terror clientes empleados en un bar.
Hace días entró una banda de chilenos menores de edad a la Argentina, No por migraciones, catorce quince dieciseis y dos mayores que venían a robar. Cuando los detuvieron les preguntaron cómo entraron, no contestaron, por qué vinieron y porque la Argentina es fácil. Venimos cada tanto, robamos y volvemos a Chile.
No estoy estigmatizando. No estoy armando ninguno de esos dramas de la barreta, de nuestros políticos. Estoy contando el verdadero problema. Entran por cualquier lado, afanan y se van.
Venimos a la Argentina porque es fácil robar, no paran y hay muchísimos menores y hay muchísima, reitera como el violador que se metió en el Fernández y violó a una pobre mujer. El tipo la violó en un baño y al rato volvió porque sabe que nunca va a pasar nada, como es el Fernández, como es la ciudad de Buenos Aires y como tomó mucho estado mediático, fue detenido. No hay detenciones en Argentina.
El violador este, además de ser un reverendo hijo de puta que tendría que estar preso. Tienes un sinfín de antecedentes donde está libre todo el mundo libre.
En la Argentina no resolvemos nada, no resolvemos nada y desde el punto de vista político, el escenario lamentable que vivió la Argentina el fin de semana con Cristina Fernández y con Javier Miley, el relato de Cristina Fernández y el relato de Javier, Miley y vos como ciudadano o ciudadana en el medio Cristina Fernández Una hora y pico en una cosa realmente que, salvo que seas militante y fanático, yo había gente que lloraba, digo, no sé, deben llorar, pero no sé de qué lugar lloran.
No sostener ese relato durante una hora y pico para hacerle creer a todos los argentinos que todos los dramas comenzaron hace cinco meses con Javier Miley realmente es ponerle la pelota en el punto del penal para que Miley después le meta un tuit y pa el penal cinco minutos después de lo que declara la ex presidenta o vicepresidenta habló del superávit fiscal.
En un principio lo atacó y después sostuvo que Néstor Kirchner mantuvo en su mandato superávit fiscal y ella en uno de los ocho años. O sea, en el restante gastó más de lo que tendría que haber gastado y fuimos generando y gestando esta inflación agobiante que vive la Argentina, que no comenzó hace cinco meses con Javier Miley, sino que comenzó hace muchísimos años porque generaron un desbalance en la economía y en las cuentas públicas, alimentando un proceso solamente con el tema de los subsidios.
Cien mil millones de dólares gastó la Argentina alimentando un proceso que termina con doscientos por ciento de inflación. Cuando se va Alberto Fernández y ella de lo que es el último Gobierno, se quiere explicar la Argentina desde la cuenta de un quiquito.
Y no, no somos un país, no podemos hablar de ese modo. Y no solamente dejaron el país plagado de inflación, sino reventado de pobres.
La mitad de la población hoy es pobre, la aumentó mi ley, la aumentó mi ley, pero tienen dificultades hoy toda esa gente también para pagar las tarifas Después de ese invento increíble de hacer un regalo de cien mil millones de dólares y hoy no poder resolver el tema, Cristina Fernández no entiende y ante su militancia da a conocer argumentos que no son los que corresponden y se desliga de todo tipo de responsabilidad el relato de Cristina Fernández y automáticamente después el relato de Javier Miley porque Javier Miley, apresurado, cree que la inflación está en un punto donde ya la hemos superado.
Y si la inflación da un dígito en la Argentina, en los próximos días vamos a estar hablando de nueve puntos o de ocho altísima, por supuesto que mucho menos que veinticinco, pero altísima.
Y no es cierto en el relato de Miley que hoy los sueldos le están ganando a la inflación, porque, salvo los que forman parte del privilegio de estar en blanco o estar bajo un sindicato, hoy la Argentina tiene seis millones de trabajadores, que nadie le sube un mango y que están a la merced de la circunstancia. ¿Por qué? Porque trabajan en negro.
El relato de Cristina desentendiéndose de todos los problemas que hay en el país, como que todos comenzaron cuando ella no gobernó casi casi ni haciéndose cargo del lamentable y flojísimo gobierno de Alberto Fernández y el relato de Javier Miley creyendo situaciones de la economía que hoy no han comenzado todavía a tener vigencia.
Porque los salarios no le ganan a la inflación y porque estamos viviendo el peor momento de la actividad económica, con los precios, con los gastos, con las tarifas, con el seguro, con el colegio del auto, con un montón de situaciones que hacen la vida de un montón de argentinos que lo tuvieron en algún momento y hoy dudan de poder mantener algún tipo de servicio que contrató a lo largo de su vida porque forma parte de un confort necesario para poder vivir más seguro, más cerca de la vida, más cerca de la educación y más cerca de aquellos países que realmente les va bien.
Así estamos, comenzando una semana expectante por el Congreso, pero mirando de reojo el relato de una ex presidenta y del actual presidente que lamentablemente, no tienen que ver con tu propio relato.
Todos los días cuando te miras al espejo y te das cuenta que lo de Cristina es una ficción y lo del presidente un apresuramiento en un momento donde todavía en la Argentina manda por largo tiempo la inflación.