Hoy me parece que la frase del spot de las universidades que recreaba a Nuria hace un rato cuidemos lo que funciona es una síntesis de lo que nos pasa a nosotros como sociedad, en una Argentina donde muchísimas cosas no funcionan y donde deseamos que todo funcione y donde nos encantaría vivir en la opulencia del Estado.
Pero nos damos cuenta que el Estado está absolutamente desfigurado en la Argentina y que muchas veces no cumple el rol que tiene que cumplir para que cuidemos lo que funcione.
Y en este caso, las universidades, que tuvieron un setenta por ciento de aumento en el presupuesto contra una inflación que solamente el año pasado estuvo en el doscientos diez aproximadamente.
Tenemos que ser muy cuidadosos y muy cautelosos en controlar y vigilar al Estado. ¿Por qué?
Porque Argentina es un país pobre con muy pocos recursos. El país que lidera en el mundo el país que lidera en el mundo la inflación, el país donde nadie le presta, porque entramos muchas veces en default y porque el mundo mira afuera y dice Che esto lo único que hicieron fue pedir guita.
Nunca crecieron. Desde el dos mil diez están con un estancamiento bestial. Muchas veces no han devuelto, han caído en default y siguen victimizados. Así nos miran desde afuera. ¿Por qué no se ajustan?
¿Por qué no se ordenan? ¿Por qué no ponen algún tipo de límite al desorden generalizado que tiene? Y esto lo ven desde afuera y lo vemos nosotros, tal vez más atenuado acá adentro.
El Gobierno, por ejemplo, tuvo que aprobar un pago de trescientos, treinta y siete millones de pesos para operar un fallo por distorsionar los datos del INDEC en el Gobierno de Cristina Fernández.
Brillante idea de Guillermo Moreno, que ahora lo vemos por todos los medios como el hombre de las soluciones fuera de la elección no pudo superar ni las paso, porque no lo votó nadie. Muy, muy escaso, pero en su momento, qué hacíamos? Trucha?
Los índices, en este caso tuvimos que meter ahora una apelación y pagar trescientos treinta y siete millones de dólares para no ir a una sentencia que nos está condenando a pagar mil quinientos millones de dólares.
Saben cuánta guita es mil quinientos millones de dólares. Ayer el Banco Central compró ciento cincuenta y cinco. Tenemos diez mil millones de dólares en las reservas cuando se fue el gobierno anterior tenía mil doscientos en rojo. Mil quinientos millones para Argentina es un aluvión de dinero.
En qué lo estamos desperdiciando y tirando en tener que aprobar un pago para poder apelar un fallo por distorsionar los datos del INDEC. Queremos tener todo y queremos que todo funcione.
Pero cuando una auditoría empezó a hacer algunas revisiones en las últimas horas detecta una compra reserva insólita por parte del Ministerio de Desarrollo Social de la gestión anterior. Veintiún mil cincuenta y cuatro ochocientos setenta y ocho millones cuatrocientos pesos. Un gasto en esa dependencia. Auditorías que pusieron evidencia de compras y contrataciones onerosas.
En el Top diez del Ministerio de Desarrollo figura la yerba mate como principal alimento adquirido en el año dos mil veintitrés, pero a un precio realmente muy, pero muy elevado. Cuatro de las diez mayores compras del año pasado se dedicaron a infusión. Gastaron veintiuno, mil millones de pesos.
Lo están revisando los empleados de la señora Cerruti. ¿Se acuerdan? La señora Cerruti, que era la vocera, la que daba master class de periodismo, hablaba mucho y decía poco con tonos realmente de bastante mala educación.
Por momentos bueno, entre los puntos analizados estuvo la evolución del personal. El año pasado regía una prohibición para poder contratar empleados nuevos, pero esto no detuvo a la señora Gabriela Cerruti, que hizo crecer la planta un dieciocho por ciento de la Secretaría de Comunicación.
Un alza que se explica por un aumento del treinta y cuatro por ciento de los empleados en la categoría planta permanente y un cincuenta de suba sobre el personal contratado en general. La señora Cerruti, desde que se fue, nunca hizo declaraciones.
Mmm uno, pero también está en el marco de la auditoría. Cuidemos lo que funciona, pero para que funcione lo que anda bien, no mal, gastemos dinero en cosas que no sirven o andan mal o son sospechosas.
Ejemplo tanta compra de yerba o ejemplo. La señora Cerruti contratando gente que no tiene que contratar problemas en la línea ciento cuarenta y cuatro uno, dice Che.
La verdad es que este tipo de líneas son bárbaras porque uno anónimamente puede hacer denuncias. Pero los análisis de la auditoría también evaluaron la eficiencia o el cumplimiento de los objetivos de los programas del Estado a través de este tipo de líneas y en el Ministerio de las mujeres Diversidad y género, que hoy está desactivado.
La principal crítica estuvo vinculada en este caso la línea ciento cuarenta y cuatro de Violencia de Género, que estaba encargada de atender y dar seguimiento a las denuncias. Sólo habría cumplido la primera mitad de la tarea, según la auditoría, advirtiendo de una ineficiencia las acciones implementadas para el seguimiento y supervisión de los llamados recibidos por las personas que tenían problemas.
O sea, otra cosa que no funcionó. Arte millonario dentro de la auditoría Otra de las curiosidades relevó sobre el patrimonio estatal, que es la valorización del arte que tenemos, por ejemplo, en la Cancillería, en el Palacio San Martín, en las embajadas y en otras dependencias, con más de diecinueve mil millones de pesos en obras que tendrían que estar aseguradas.
Y en el Gobierno de los seguros de Alberto Fernández no aseguramos lo que teníamos que asegurar después. Tenemos juicios de salud, después tenemos fondos de garantía.
Tenemos el video de ciento once millones de pesos que a mediados del año pasado y apartado de toda posibilidad de buscar una candidatura y marginado en el frente de todos, Alberto Fernández publicó unos cincuenta y cinco segundos el que buscaba destacar los logros de su gestión.
Bueno, eso costó ciento once millones de pesos. Por eso vuelvo a repetir.
Cuidemos lo que funciona para que lo que no funciona no nos genere este tipo de gastos increíbles, insólitos, que hacen que tengamos que dejar plata donde no corresponde hoy tener que pagar este dinero.
Trescientos cincuenta y siete millones para apelar un fallo por distorsión. Distorsionar el INDEC que nos va a hacer pagar, en definitiva, después mil quinientos, es un papelón, es una vergüenza.
No solamente habla de mala gestión, habla de improvisación y el no preocuparnos por nada, porque cada peso y cada dólar en la Argentina tiene un valor sustancial.
Vivimos en la pobreza, muchos chicos no comen cuatro veces por día. Entonces no estamos para darnos aires que no nos corresponden. Estamos para la austeridad, estamos para el orden.
Estamos para rendir cuentas, los actuales, los anteriores, los anteriores de los anteriores y todos los que vendrán, porque se ha creído que el Estado es una máquina donde nadie tiene que dar ningún tipo de explicación. Y hoy vemos algunos gastos que no mueven la cuja, pero que son un sinónimo de falta de respeto a la sociedad argentina, autos, choferes por todos lados.
Ayer, Martín Luau comentaba en una entrevista que le hicimos en la televisión la cantidad de gente sin funciones. A esa gente hay que echarla, no, pero el día que termina su función, no renovar ese cargo.
Si no tiene ningún tipo de utilidad, dejar de inventar en nombre del Estado, salida de dinero que en un lugar privado no se haría. Hagamos el simple ejercicio siempre en comparar una empresa privada con una estatal.
¿Por qué la estatal necesita de más empleados, de más cantidad de gente, de más cantidad de chóferes, de más cantidad de autos de celulares?
Porque nadie paga y porque nadie controla. Llevemos un poquito la otra idea, la del control, simplemente para ver que algo enfrente y con un espejo nos muestra un camino totalmente opuesto, donde todo el mundo cuida el mango y donde todo el mundo está atado a cualquier tipo de gasto.
Ojalá que comencemos a repensarlo porque vuelvo a repetir la idea en el spot de la universidad. Cuidemos lo que funciona. Es absolutamente lógica y necesaria. En la Argentina tiene que funcionar.
Las universidades tienen que funcionar las escuelas tiene que haber un INA. Tiene que haber un INDEC. Tiene que haber un inca.
Todo tiene que estar, pero con orden, con controles y sin tanta burocracia para que la plata vaya al fin por la cual fue creado el ente y no solamente al dinero de los sueldos de empleados y de burocracia pura.