Hoy es un día muy particular con esta marcha y con esta expresión popular que vamos a tener, tal vez la más incómoda que tenga que sortear el Gobierno nuevo de Javier Milei, Hay un recorte? Sí, del setenta y dos por ciento. ¿Por qué?
Porque estamos aplicando el presupuesto dos mil veintitrés en el acuerdo que en su momento hubo en reunión por la patria y la libertad avanza con los costos del dos mil veinticuatro. La universidad está sufriendo lo mismo que sufrís vos, que sufro yo y que sufren todos los argentinos.
Estamos pagando con bolsillo dos mil veinticuatro, pero estamos con sueldos y con situaciones del dos mil veintitrés, por más que le aumenten un setenta y dos por ciento. Esto se desdibuja con el doscientos por ciento de inflación del año pasado y los cincuenta puntos de los tres primeros meses de este año.
Estamos hablando de un tema pero importantísimo en la Argentina, pero también estamos hablando de uno de los temas que forma parte de las vacas sagradas de nuestro país, de nuestro tiempo, donde siempre se utiliza la educación pública, la salud pública para hacer política, para hacer campaña pero sin profundizar qué es la educación pública y qué es la salud pública en la Argentina, sin hacer un debate serio, con problemas históricos que nos aquejan en todas las administraciones, pero siempre tirando para adelante y siempre evitando ir a un debate serio.
Pero de verdad, ayer Emiliano Yacobitti, el vicerrector de la UBA, nos decía El diálogo está abierto y no tenemos que inventar una grieta y pararnos. No, yo soy pro universidad pública, Yo estoy en no estamos en eso. Por favor, evolucion un poquito más. Salgamos de esta barreda permanente en la Argentina, donde es blanco o negro, donde es River o es boca. Terminemos, por favor, tratemos de evolucionar un poquito más en el pensamiento. Para eso necesitamos gente.
Y en esto estaba de acuerdo con Yacobitti, que podamos debatir, no oportunistas como estos de la CGT. Con este tardío despertar que después de una siesta de cuatro años en el horroroso gobierno de Alberto Fernández, hoy van a una marcha educativa.
Por favor, no sean tan oportunistas, eh? El resto va en la CT. Una va otra no va, La izquierda vive en la calle, así que un día está acá para acá. Un día está allá. Están reclamando absolutamente todo. La gente no los vota, sacan un dos por ciento, pero están en todos lados y creen que son los que tienen las soluciones extraordinarias para resolver los problemas de un país fundido.
Pero por qué no vamos a un debate de verdad? El Gobierno hoy tendría que explicar que con el presupuesto dos mil veintitrés está pidiendo que se haga magia en el dos mil veinticuatro. El ajuste existe, sí existe.
Y uno dice che, pero por qué entonces tanta dureza contra la universidad y por qué tanta flexibilidad?
Por ejemplo, con el señor este que vende tabaco en el conurbano y que parece que no paga muchos impuestos y que tiene un régimen a su medida o con el régimen de tabaco en la pro, eh, con el régimen de de Tierra del fuego, el tabaco en la ciudad de la provincia de Buenos Aires y y Tierra del Fuego.
Con esto que, eh ponemos en una cajita un celular y creemos que es argentino y que da beneficios impositivos altísimos. Entonces, digo Che, no hay plata, no hay plata, es verdad, pero bueno, tratemos de ver dentro de los pocos recursos que hay.
Si le quitamos el privilegio a algunos y se los damos a otros, pero ordenadamente. Hoy, cuando hablamos de la marcha universitaria, hay que decir que hay sesenta y cinco centros universitarias de gestión estatal en la República. El último registro disponible dos mil veintidós.
Hay dos millones setecientos catorce mil estudiantes universitarios. El ochenta por ciento de los universitarios recibe en la Argentina educación pública. El veinte van a universidades privadas.
La cantidad de estudiantes extranjeros ha ido en aumento en las últimas décadas y acá tenemos que dividir entre el extranjero residente que vive la Argentina y el que viene solamente a estudiar y después se raja con una discusión política nunca, nunca resuelta.
Es un número importante y son ciento veintidós mil ciento veintitrés mil los estudiantes extranjeros que estudian en la Argentina sin pagar un solo peso, cosa que no pasa en ningún país y menos en el continente americano.
Tema para debatir No digo que esté bien o que está mal. Digo que hay que debatirlo porque somos un país de sesenta por ciento de pobres. Entonces después tenemos que ver qué podemos pagar y qué no podemos pagar.
A mí me encantaría que todo fuera de excelencia y gratuito, Pero pareciera que en un país pobre no va lo dramático, que no discutimos más allá que el ochenta y dos por ciento de todas las partidas son sueldos. Y después tendríamos que hablar de estructura y tendríamos que hablar de programas y tendríamos que ver hablar de resultados.
Me parece que el gran problema que tenemos en materia de educación en la Argentina, que los resultados son espantosos. Solamente el dieciseis por ciento de los chicos que entran a los seis años a la primaria y a los diecisiete o dieciocho tendrían que despedirse de la secundaria.
Saben solamente cuántos? El dieciseis por ciento se reciben. No terminamos la secundaria en la Argentina, sólo el dieciseis por ciento es un número espantoso. Dónde están todos esos chicos? Capa? Citándose. Buscando profesiones? No. En Argentina no hay plomero.
No hay electricistas, no hay racista. Dónde están esos chicos? Forman parte de esa generación que ni trabajan, que tampoco estudian y que viven con los padres o con los abuelos hasta los treinta años.
Lamentablemente, la respuesta es sí. Si lo llevamos a la universidad, que ya es un eslabón superior a la secundaria. Imagínense que sólo el dieciseis termina la secundaria. Los índices de terminal educativa vienen cayendo en picada.
En la Argentina, seis de cada diez estudiantes abandonan en el primer año de la universidad. Repito, seis de cada diez abandonan el primer año de la universidad, Tal vez porque no tienen vocación. Tal vez porque la preparación de la secundaria es muy floja o porque no les gusta esa carrera. Tres de cada diez terminan la carrera. Tres de cada diez terminan la carrera. Miren los números que estamos dando en la Argentina. Dieciseis por ciento terminan primaria y secundaria. Tres de cada diez los que llegan a la universidad, que es un enorme mérito teniendo en cuenta los números flaquísima de secundaria, terminan la carrera. La verdad que son números horribles.
Hoy me encantaría que en el debate estemos discutiendo todo este tipo de cosas. Después discutimos si es justo o injusto lo que hace el Gobierno. Yo creo que es injusto porque no podemos dar clases con aulas apagadas porque no podemos apagar la luz. Es una vergüenza. Tampoco podemos ir a pagar la boleta de luz con los ingresos del veintitrés, porque tuvimos doscientos por ciento de infracción, más cincuenta.
Es una vergüenza, pero también comprendo que hay que auditar y que hay que ordenar de una vez por todas. Porque en este país la corrupción se transformó en moneda corriente y la vemos todos los santos días, señores, gente que inventó en los últimos tiempos. Lo dijo ayer el ministro de Justicia Dato los que tienen que ver con víctimas del terrorismo del Estado, gente que cobraba planes en la Argentina y viajaba por el mundo cuando le está sacando la guita a los pobres.
Una manga de descarados, pero por todos lados, empleados públicos. Es mentira que todos los empleados públicos trabajan y trabajan empleados públicos que después de la pandemia no pisaron el Congreso y los tuvieron que rajar. Y no les da vergüenza. Y así todo así. Todo así. Todo una falta de consideración. ¿Por qué? Porque no hay controles y me parece que la palabra auditoría no es una palabra de derecha. No es una palabra que tiene que ver con la monarquía.
No es una palabra autoritaria. Tiene que ver con un determinado orden en un país donde con un Estado gigantesco, fomentado fundamentalmente por los gobiernos anteriores tenemos sesenta por ciento de pobres. O sea, el resultado es pésimo, porque si ustedes me dicen che con tanto estado, la verdad, tenemos una sociedad magnífica, sin pobres, con todos chicos, pero que estudian que se capacitan.
El dieciseis por ciento termina la secundaria y tres de cada diez terminan una tarea universitaria y tienen un título en su poder. Creo que va a ser un día donde se van a mezclar muchísimos factores, pero vuelvo a repetir a favor de los que marchan, el poner alto una bandera necesaria para que un país salga de verdad la educación. Pero alguna vez hagámoslo en serio, pidamos resultados.
Ojalá que el año que viene, cuando estemos hablando dentro de cinco o seis, digamos che, el setenta por ciento termina la secundaria. El setenta por ciento terminan la carrera universitaria, no. Estos números flacos y pops que tenemos en el día de hoy a favor de la gente y a favor de la educación y a favor de lo público, pero con controles, con orden y con resultados. Porque en la vida todo nos guste o no nos guste. Es un resultado y lo tendremos que entender. Esperemos que haya calma.
Esperemos que lo que nos planteaba ayer Yacobitti sea cierto que el diálogo está abierto, que puedan seguir pensando que el futuro pasa por el estudio pasa por la capacitación y que tengamos la capacidad suficiente para sentarnos a debatir cosas, para cambiar de una vez por todas todo aquello que huele a decadencia.
En la Argentina no hay un número positivo que nos diga Che, esto está bien, no lo toquemos, no lo modifique. Fortalezcamos aquí metamos vitamina K. Todo está en rojo o débil y me parece que es el momento donde la sociedad que reclama resultados en un montón de cosas, también sepa que a través del orden y a través de los controles, los resultados que hoy son muy malos y muy descontrolados.