Bueno, arrancamos la tercera hora de nuestro programa con quienes están escuchando en el día de hoy, seguramente con otra rutina, con este fin de semana largo, absolutamente necesario para poder aflojar un poquito las cabezas para distender y estar un poquito más tranquilos.
Este minuto es un minuto breve, pero creo que es un minuto importante porque tal vez lo que sentí yo este último fin de semana es lo mismo que te puede haber pasado a vos.
Yo realmente estoy en un momento, no sé si porque estoy más grande porque va cambiando la vida.
O tal vez porque uno vive en un país que está siempre con un estado de furia y un estado de tensión.
Y comencé sin darme cuenta, tal vez y ahora, viéndolo, visualizó dolo de otro modo, apartarme un poco de todo lo que tiene que ver con la explosión permanente de todos los temas.
Hice una carrera con mucha explosión.
Trabajé en distintos programas donde la explosión o el contrapunto eran casi la moneda corriente y por supuesto que me formé dentro de un estilo donde uno pregunta donde uno opina y donde uno tiene una lengua un poco más suelta.
Pero creo que todo eso no tiene que ver con lo que se gestó o se generó en los últimos tiempos, que es la Argentina permanente del agravio.
Y yo creo que lo que vivimos ayer fue realmente fuerte y oficioso para la Argentina.
Porque el gesto del Papa para con el presidente de la nación de distensión y si quieren de perdón después de la descalificación que tuvo el presidente actual para con el Papa allá por el año dos mil veinte, para mí marca una pequeña luz, una esperanza, un camino distinto.
Yo ayer no sabía qué podía pasar en el Vaticano, porque en el año dos mil veinte recuerdo que en una entrevista que hizo la señora Viviana Canosa con Javier Miley, cuando no tenía ni por casualidad pensado que iba a ser diputado y que después se iba a transformar en el presidente de la nación, salió durísimo. Por qué?
Porque dentro de los parámetros de aquel Javier milei televisivo había muchas cosas que todavía hoy vemos como presidente.
La semana pasada emitió en treinta minutos cuarenta y dos tuits, uno más duro que el otro.
Para muchos es la revolución y para otros como es mi caso es estar preocupado porque no es la forma, no es el estilo y me parece que el resultado siempre termina siendo malo más allá que uno ponga un muro y una distancia con relación a algunas ideas que son las que supuestamente y de acuerdo a lo que sostiene el presidente Milley, le hacen o le han hecho mucho mal a la Argentina.
El encuentro de ayer fue auspicioso porque lo generó Francisco Francisco se olvidó de lo que dijo Javier Miley como ciudadano en aquel momento, un economista muy potente que iba a los medios de comunicación y hacía subir el rating.
Y se olvidó de lo que dijo Javier Miley en la campaña porque el Papa dijo en la campaña se dicen muchas cosas que no tienen mucho sustento y es verdad.
En la campaña se dicen disparates y se hacen promesas de cosas que no se cumplen.
Con repasar la campaña de los últimos presidentes argentinos nos vamos a dar cuenta si hacemos un chequeado, que hay más falsedad que verdad.
No hay ningún tipo de duda, pero me parece que la grandeza de Francisco del fin de semana fue muy amplia porque marcó y marca tal vez una cuota de esperanza en la Argentina.
Fuera de protocolo, el Papa le dedicó un saludo especial a ese presidente.
A ese hombre que hoy es presidente de la Argentina y que fue muy duro con él.
Rompió el hielo con esa frasecita te cortaste el pelo.
Milei, conmovido, intentó y le pidió permiso para darle un abrazo.
Y creo que todos los argentinos que queremos que Argentina funcione no importa quién gobierne.
Ayer sentimos una cuota de paz, una cuota de ilusión, que las cosas pueden ser distintas, que podemos pensar distinto, pero que no pasa absolutamente nada y que no tenemos que estar con la ametralladora permanentemente en la lengua para descalificar a otra persona y que tenemos que cotejar ideas y que cuando algo no nos gusta, como yo veía en el coquín rock del fin de semana, muchos artistas que están en desacuerdo con algunas políticas del Gobierno, manifestarles, pero no desde la agresión, desde la calificación, desde la apología de un delito, esto no corresponde.
Y acá sí tenemos que involucrar otra vez al presidente argentino para que ojalá venga cambiado y venga distinto.
Y se de cuenta que hay algunas formas que defendiendo sus ideas, puede ser a través de caminos que son más comprensibles que la catarata de tweets o las supuestas listas para marcar a gente que piensa o que vota distinta a distintas situaciones que planteó el presidente.
En este corto mandato, que tiene algo así como sesenta días, destaco muchísimo lo de Francisco.
Creo que nos sorprendió porque así como hemos visto algunos encuentros que fueron duros, difíciles marcándole la cancha a los presidentes argentinos, yo creo que también en el encuentro de hoy el Papa le hará ver a Javier Miley que hay otros tonos, que hay otras formas y que hay un problema central en la Argentina que tiene que ver con la pobreza que tiene que ver con la inflación, que tiene que ver con la inseguridad y que tiene que ver con el dolor casi casi permanente de un montón de argentinos que la pasan muy, pero muy mal.
El resto de los que no lo pasamos mal la pasamos con incertidumbre, con angustia por ver un país que está todos los días a los tumbos y que armó de la confrontación un estilo de vida.
Abrazos y distensión marcan, tal vez el camino.
Un camino que tenía una cuota muy espiritual por todo lo que giraba alrededor del Vaticano, pero que tal vez no sirva de verdad para poder comenzar.
Veremos estos días cómo se conforma la nueva alianza entre la libertad avanza y el pro uno cierra los ojos y dice Prácticamente estamos volviendo.
A diciembre, cuando Javier Milei lograba la alianza con Mauricio Macri, se transformaba en presidente de la nación ese Milei que fue en algún momento inflado por Unión por la Patria para desarmar junto por el cambio y que después el propio, junto por el cambio, utilizó a Milei para destronar a Unión por la Patria.
Algo le salió mal a las dos coaliciones más importantes, porque quedaron desplazadas del poder y apareció un outsider en la política argentina.
Pero es como volver a diciembre porque lo que le pedían en aquel momento era una convergencia.
Y esa convergencia terminó siendo nada más y nada menos que la libertad avanza pura más allá que hay hombres que que pertenecen a distintas expresiones.
7:06La señora Bullrich y señor Petri pertenecen a juntos por el cambio y hay más de cuarenta peronistas dentro del Gobierno nacional, pero es como volver casi casi a diciembre y Luis E che Cuánto tiempo se perdió?
Cuántas discusiones la ley ómnibus, Cuántos gritos, Cuántos desencuentros, peleas con los gobernadores, problemas fiscales, inflación alta.
No sé cómo seguirá desde el punto de vista político y económico, pero por lo menos lo de ayer marca algo diferente.
Creo que todos los argentinos en ese encuentro del presidente lo hayamos votado o no.
Y del Papa nos dio la ilusión y la esperanza que con otros gestos y otras formas, tal vez algo tan tan difícil como lo es la Argentina de hoy, puede tener por lo menos un camino sin tantas espinas.