Hace una semana que estábamos analizando el resultado electoral de lo que fue la victoria de Javier Milei, de cincuenta y seis puntos contra Sergio Massa de cuarenta y cuatro.
Ustedes sienten que pasó una semana o que pasó mucho más?
Pareciera que votamos hace dos meses por el vértice, por la locura que tenemos nosotros, los argentinos.
Pareciera que pasó muchos, muchos días entre estos ocho, donde hemos tenido por un lado, hechos que tienen que ver con la sorpresa de la conformación de este gabinete de vaivenes que sube uno que baja el otro que sale a aquel que, bueno, esto se llama pragmatismo y esto se llama Tengo que gobernar, cuyo autor se llama Javier Milei.
El Javier Milei de la dolarización y la motosierra, casi que también forman parte del olvido.
Cuando esto se dijo o se hizo en una campaña hace aproximadamente como mucho, diez.
Doce días después, en la segunda instancia, la motosierra desapareció, pero fueron los pilares de la campaña de Javier Milei y no hace tanto tiempo atrás.
Por el otro lado, la intolerancia y la falta de respeto a todas aquellas personas que decidieron con su voto Que gane un outsider que gane Javier.
Milei ya lo enumeramos.
La semana pasada arrancamos con el señor Pablo Miró de Alianza Argentinas, que hizo un escándalo, un acto que lo iban a sacar muerto.
No sé qué historia.
Después pidiendo disculpas el cura, eh Paco Olveira, que está más para otra tarea que que no para, precisamente la que eligió, que dijo por favor, si votó a mi ley, no venga a mi comedor a comer una cosa increíble.
Después vimos también algún comentario del señor Grabois que sacó poco poco voto, pero después ahora creen que hablan desde un púlpito y manejan las ideas de la población.
Cuando van a la urna sacan cuatro o cinco puntos y hemos visto también la CGT haciendo advertencias en las últimas horas.
Una CGT muy partidaria que no estuvo a la altura de la circunstancia en cuatro años, donde la inflación le comió el bolsillo a todos los trabajadores.
Ahora salieron con ni un derecho menos, ni un ajuste más o no sé como eslogan estupendo, pero con una actitud y una actividad muy, pero muy tenue, defendiendo verdaderamente a los trabajadores.
Y pasaron ocho días y parece que pasó mucho tiempo más porque estamos entre lo que es la transición, unos que no gobiernan y otros que no definen.
Y en todo este tiempo miramos mucho más para atrás y decimos Che, cuánto hace que el país está parado Hace más de un año con esta campaña interminable, con este sinfín de disputas internas en los propios partidos con estos precandidatos que después algunos pasaron al olvido y otros fueron candidatos con alianzas con que éste me armó con que este me desarmó con una población que sufrió con la aparición de las redes sociales.
También la catarata de trolls con promesas incumplidas, con promesas cumplidas, con mucho clientelismo, con mucha demagogia, con mucho miedo, con mucho temor y con muy poca idea.
Llegamos a esto, que fue un sinfín de hechos para una campaña, debates presidenciales, debates de los bises, un tiempo interminable que forma más de un año y que hoy nos tiene en el umbral de la esperanza o del desencanto de acuerdo a la parte que vamos eligiendo o de acuerdo a aquel que cree que porque votó, tiene derecho a estar esperanzado y aquel que no votó tiene derecho a estar desencantado.
Una cosa bastante particular porque todavía no terminó un Gobierno y todavía no empezó el otro momento.
Difícil momento eterno, momento complejo donde los argentinos necesitan definiciones y me parece que una primera parte está entendida con la inflación es imposible vivir.
Es tomar aspirina, sabiendo que tenemos una enfermedad terminal y que nos va derrumbando, que nos va comiendo el bolsillo y que nos va llevando a una ficción casi casi permanente para un sector de la población.
Otros directamente lo viven, lo sienten y la pasan muy, pero muy mal.
Pero, qué pasará ahora?
Cuál será el verdadero gabinete de Javier Milei?
Quiénes serán los colaboradores importantes de Javier Milei y quién tomará determinaciones?
Cómo va a actuar el nuevo Congreso el once de diciembre, cuando ingrese ese paquete de la supuesta reforma del Estado que mueve la aguja y que no mueve la aguja en materia económica en un país que está recontra fundido, donde hay que hacer reformas urgentes porque así no podemos vivir ni con uno ni con otro, ni con un partido, ni con el otro ni con un outsider.
Tenemos que ir a hacer modificaciones sustanciales para, de una vez por todas, intentar salir del pantano y de una vez por todas, intentar crecer muchas incertidumbres, muy pocas certezas, pero creo que en las últimas horas hay dos elementos que para mi gusto sirven y los pongo dentro de la columna de cosas positivas el acercamiento con la Iglesia católica, el llamado de Francisco para con el presidente electo muchas veces hay que olvidar cosas.
No sé si perdonar, pero muchas veces ponerlas a un costado, priorizando lo que es lo civilizado y el encuentro a ser de la señora Bondi, que va a ser nuestra canciller con Daniel Scioli, embajador en Brasil, que me parece también fantástico que permanezca en funciones porque algo logró que fue romper el frío de Alberto Fernández con Bolsonaro y tendrá que romper el frío y la falta de respeto que hubo con el presidente actual, Lula da Silva.
En Brasil, la carta enviada a Lula da Silva invitándolo a que venga a la Argentina el diez de diciembre es un gesto importante.
Es no empaca en conductas que no sirven porque muchas veces acá creemos que cuanto más re doblamos las apuestas, las apuestas de la falta de diálogo, las apuestas de la vulgaridad casi permanente como modo de vida, damos un paso hacia el éxito y es un fracaso permanente y absoluto.
Así que yo destaco esos dos hechos.
Como destaco también el encuentro de Alberto Fernández y de Milei.
No encuentro virtudes en la gestión de Fernández, pero sí el diálogo y esta predisposición a abrir la puerta porque estamos en medio de una transición.
Y la transición, por más corta que sea, por más breve que nos parezca, es sin duda, el pilar y el camino para lo que arranca el diez de diciembre.
Hechos positivos en un momento repito, negativo. Entre la sorpresa, la incertidumbre que representa este Gobierno y la intolerancia de los que tuvieron la oportunidad la desperdiciaron. Les fue muy mal y terminaron perdiendo la elección.