Entramos en tramos determinantes de la vida argentina, pero quiero tomar un minuto porque es increíble.
Argentina en la reiteración de un montón de temas.
Yo sé que hay temas que son muy cercanos a vos, que me estás escuchando y que tengo el gusto que nos acompañes desde hace tanto tiempo.
Y ahora, desde hace unos años, aquí en en la primera mañana de la radio, hay otros que parecen como secundarios en la Argentina o que no tienen tanta repercusión.
Yo les contaba la semana pasada que uno siente que por momentos hay resignación o por momentos naturalización de cosas que están realmente muy, pero muy mal y que las vimos como cotidianas, como que no nos mueven demasiado el perímetro del asombro.
Acá terminó una elección hace poco tiempo y los opositores, que se dividieron en una estrategia pésima y que perdieron con el oficialismo, se juntan después de la derrota Aquí en la Argentina.
Ayer yo veía en todos los medios a este señor Pitt, reaparecido Pet Álvarez, que grabó cuatro canciones para un documental, una persona que está condenada por el asesinato de una persona hace cuatro años y estamos preocupados si canta bien, si canta mal, si está gordo, si no está gordo, mmm uno.
Si dejó la adicción, si no dejó la adicción, naturaliza que todas las mañanas tengamos que estar hablando de borrachos al volante con más de un punto de alcohol en sangre, cuando no tendrían que tocar más un auto naturaliza un montón de cosas y creemos que es lo normal.
Y por eso nos va tan mal.
Nos va tan mal porque podemos discutir ideas políticas.
Pero hay un número que es un número irrefutable y es el número de la pobreza donde todos, desde el comienzo de la democracia, en mil novecientos ochenta y tres a la fecha, tienen una gran responsabilidad y nadie queda eximido.
Y también estamos naturalizando esto que tal vez te suena medio lejano, pero que lo escuchaste en casi todos los gobiernos.
Y Alberto Fernández, en este gobierno personal de él, tan flojo donde no pudo cumplir con nada, se jactaba hace poco tiempo diciendo En mi gobierno no hubo ninguna situación de espionaje, no tuvimos ningún tipo de problemas.
Eso que vos escuchás cada tanto ¿Te acordás las escuchas de Cristina con el señor Parrilli hace poco tiempo?
Esas escuchas del señor Melconian, el candidato a ministro de Economía por Patricia Bullrich.
Eso que vos escuchás y decís de dónde salen estos datos?
Que en la mayoría de los casos son datos muy personales, que son datos muy privas de la vida o que tienen que ver nada más y nada menos, con cosas o conversaciones que uno intenta que no sean públicas?
Bueno, tuvimos una respuesta brutal porque termina el gobierno de Alberto Fernández con este escándalo por el espionaje ilegal, donde un diputado acompañado por otros dos, porque hablamos del señor Taihilade, pero hay que hablar de moró y hay que hablar de Valdéz.
Dedicaron muchísimo tiempo, muchísima energía siendo empleados de todos los argentinos en armar toda esta historia con la Corte Suprema de Justicia.
Y nos enteramos que estos diputados formaron parte de casi una AFI paralela, por supuesto, absolutamente ilegal, con peritajes de este señor Ariel Santa, que tenía que estar preso.
Un ex policía que, aún estando preso, se dedicó a espiar, entre otras cosas, a los jueces del máximo tribunal de Justicia que tiene la Argentina, que es la Corte Suprema de la Nación.
Un papelón más, pero al margen de un papelón, la energía y el tiempo puesto por diputados argentinos para utilizar situaciones en beneficio propio y en contra de todos los demás.
Una verdadera vergüenza que ojalá no quede en las vergüenzas nuestras de todos los días y en las anécdotas nuestras de todos los días, porque somos un país donde los servicios de inteligencia y ojalá quien sea presidente en breve vengo suplicando casi este tipo de cosas.
Sergio Masa o Javier Milei resuelvan este problema tan oscuro que tiene la Argentina, un país donde la inteligencia no se hace en forma inteligente. Estamos espiando a los jueces.
Estamos espiando donde vive la señora Tolosa Paz estuvieron espiando durante mil años a quienes eran opositores o no estaban en el poder.
Estuvieron espiando a los propios en el gobierno de Macri, gastando tiempo y haciendo siempre cosas que están al límite de lo barreta.
En un país donde la inteligencia tendría que haber sido utilizada para saber que iban a volar una embajada, la de Israel la volaron, que iban a volar una mutual, con lo que significa la AMIA la volaron que íbamos a tener lo que pasó en Río, tercero, en la provincia de Córdoba.
No lo supieron.
Que murió en la Argentina un fiscal cuando tenía que ir a dar explicaciones de lo que había investigado al Congreso y murió un rato antes.
No lo supieron, No lo previeron.
Murió el hijo de un presidente de esta nación, Carlos Menem Junior.
La más mínima idea intentaron matar un grupo de desaforados a Cristina Fernández hace poco tiempo, la vicepresidenta de la Nación tampoco lo advirtieron Gastamos la energía, gastamos los recursos y gastamos la poca inteligencia que tenemos en actitudes y en hechos muy poco inteligentes.
Ojalá no lo naturalicen y no nos quedemos siempre en la barreta argentina de si che.
Pero esto ya pasó en el gobierno de tal y pasó en el gobierno de la otra y pasó en el gobierno del otro porque vivimos de una justificación que hace que cada día estemos más declinante en todos los sentidos de la vida.
Pasaron cosas gravísimas que tendrían que haber sido evitadas.
Perdemos el tiempo en grabar conversaciones y en meternos en temas que son en la mayoría de los casos, temas personales o privas, pero que buscan como siempre, el argumento de la extorsión y el control para aquel que piensa distinto a cada uno de nosotros.