Podemos estar de acuerdo o no en el método que aplica el nuevo gobierno argentino para ordenar los números de un país que de ciento veinte años en ciento trece, tuvo déficit fiscal o tiene qué significa esto?
Gastar más de lo que tenemos?
Qué significa esto?
Siempre tener problemas de deuda y de inflación.
Se conoció ayer el índice de inflación de nuestro vecino, la República Oriental del Uruguay.
Treinta minutos de acá en buque a Colonia.
No, es que estamos hablando de un país que nos queda en el primer mundo a catorce mil kilómetros.
No estamos hablando de Uruguay.
Cinco por ciento anual.
La inflación de Uruguay, Sin ir más lejos, la inflación boliviana es de tres.
Sin ir más lejos, la inflación paraguaya es de cinco, pero en Uruguay hoy tienen una inflación anual de cinco puntos.
Ayer conocimos la de la ciudad veintiuno en el mes de diciembre, más de treinta puntos, lo que subieron los alimentos el año pasado entero Alberto Fernández más un tramo de Miley.
Doscientos setenta y tres por ciento el aumento de los alimentos.
A qué me refiero?
A que tal vez en este país donde tenemos ciento trece años de ciento veinte con déficit.
No todos entendemos la gravedad del momento hacer cuando el vocero decía no hay plata, pero tampoco hay tiempo.
Ese no hay tiempo.
Me hizo reflexionar y pensar que tal vez no estamos todos en la misma sintonía.
Esto es cuando y lo llevo siempre al ejemplo de casa.
Ganamos veinte mil y gastamos cincuenta mil.
Y llega un día que alguien dice Se terminó el asunto, el contador, nuestro corazón, nuestro padre, nuestra mujer, nuestra pareja, el que sea que dice Se terminó esto porque explota.
Nadie nos presta más y tampoco podemos emitir más porque emitiendo tenemos la inflación que hoy tenemos y hoy se sigue emitiendo en la Argentina con solo ir a un cajero automático y sacar plata.
Uno se da cuenta que nos dan billetes correlativos, uno pegadito al otro con olor a nuevo.
Esto no se terminó, pero creo que no entendimos cuál es la gravedad del momento argentino, no los ciudadanos, los políticos argentinos, El Gobierno con una posición para mi gusto, demasiado dura, debilidad no es consensuar debilidad, no es dialogar.
Debilidad es ponerse en una postura tan, tan, tan, tan, tan, tan, tan firme, que te lleva a que tengas una forma de manejo que no es la real, la necesaria.
Un país donde aparece una presunta nueva ley que habla de cuestiones farmacéuticas médicas, empleos estatales, pesca, cultura, bancarios, sindicatos, fútbol, sector energético, abogacía, biocombustibles, azucareros, limoneros, entre otras cosas.
No, es que vamos, firmamos, terminamos y es ley.
Como mínimo tenemos que consensuar.
Y en la Argentina en esto, que para mí hoy es demasiado extremo, porque si no sale se cae el mundo.
Me parece que hay una variable, que es la variable de consensuar la variable de dialogar, la variable, de encontrar quién tiene una mejor idea y si alguien la tiene aplicarla.
Esto no es debilidad.
Lo que tampoco sirve del otro lado es la postura.
Nada vamos a aceptar, como hace la izquierda argentina o como hace un sector opositor del killer, mismo que cree que si no se hace lo que ellos pretenden, nada funciona y me parece que la gente les ha dado la espalda en las últimas elecciones, poniendo punto final a una gestión de más de dieciseis años en la Argentina.
Entonces hoy creo que la conjunción ideal, entendiendo que hay poco tiempo porque cada día con alta inflación estamos convirtiendo a más gente en pobre.
Esto hay que tenerlo en cuenta.
Hoy estaremos en un cuarenta y siete, cuarenta y ocho por ciento de argentinos y más de cinco largos ya de indigentes en la República.
Que no hay demasiado tiempo, pero no tiempo para hacer lo que se le ocurra a Javier Miley y de memoria a todo el mundo.
Salir corriendo a decir esta es la única solución.
No hay tiempo para seguir enfrentándonos.
No hay tiempo para seguir peleándonos.
No hay tiempo para creer que si no prospera mi idea, la idea del otro no existe.
Me parece que tenemos que ir a ese tipo de camino al camino, donde, como mínimo, una sociedad que pone el hombro.
Una sociedad que sufre una sociedad que padece desde hace muchísimos años y décadas en la Argentina un montón de injusticias esa población pide que haya otro tipo de gestos, gestos donde cada uno pueda exponer lo que sabe, lo que siente donde se destaca y ahí encontrar el camino de la mejor solución.
No hay plata, lo sabemos, no hay tiempo, Me parece que no todos lo saben y lo tenemos que entender.
Y lo tenemos que saber en este crudísimo verano argentino en este verano difícil, complejo, donde mucha gente comienza a ver que su bolsillo cada día está más chico y que ya no hay dinero que le alcance, no para irse de vacaciones, como venimos charlando desde muy temprano.
Si vamos, si no vamos, si viajamos, si no viajamos, sino para cubrir las necesidades de todos los días.
Ojalá que reflexionemos y ojalá que entendamos que estamos con tiempo corto más allá de la mecha corta del argentino.
El tiempo corto no solamente para todos nosotros, sino fundamentalmente para nuestro país.