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Editorial Paulo Vilouta: "Estamos a tiempo"
Editorial Paulo Vilouta: Estamos a tiempo
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Ayer leía lo que hoy está publicado en papel en Clarín y después pasó lo de Ecuador, no.

Clarín publica una nota con un delincuente, Esteban Alvarado, porque están haciendo un trabajo que se llama Rosario Sangra, considerado por muchos el narco más poderoso de esa ciudad.

Dice que su especialidad son los robos, comandos, los robos de autos.

Está en la cárcel, enemigo de los monos con una frase realmente demoledora En Rosario es más fácil conseguir una pistola que una pala.

Yo ayer leía esta nota que digo y está muy bien hecha y la tramitaron y tuvieron que ir al juzgado y la justicia lo autorizó porque estas cosas hay que saberlas, no hablando de un régimen, el argentino da penal con todos los delincuentes y también con estos que son muy peligrosos.

Los narcotraficantes que siempre caemos en esta cosa de la sensiblería barata en el país sin ver qué es lo eficaz y qué es lo importante.

Somos el país de las cosas que de la intrascendencia transformamos algo en una situación gravísima en Argentina cuando vino la pandemia por una cuestión lógica y era que no se nos contagien todos los presos y evitando un traslado masivo de presos que hicimos o que hicieron los que tuvieron que tomar determinaciones, le entregaron un teléfono celular a todos los presos.

Funcionó muy bien, gracias a Dios, el tema de Covid porque no tuvimos números alarmantes, como tuvo la Argentina en el sistema de cárceles del país.

Pero terminó la pandemia y los delincuentes se quedaron todos con los teléfonos encima.

Y no es para hablar con la señora, con los chicos, con la abuela como en un principio no quisieron hacer creer.

Los se utilizan para secuestros virtuales, para manejar el narcotráfico desde las cárceles, para estar todo el día con la play para publicar que lo vieron en redes sociales.

Algunos videos lamentables lo vimos en la cárcel de Florencio Varela.

Acá no más cosas irritantes.

Cosas que realmente al que está afuera y cumple con la vida y con lo que son las aplicaciones lógicas de un buen formato de vida nos hacía agarrar la cabeza.

Bueno, eso no lo pudieron quitar más cuando yo una vez hice una entrevista y pregunté che, pero esto es imposible poder organizarlo.

Y mirá, si intentamos sacar todos los teléfonos de la cárcel, se arma un motín en todos los penales de la Argentina.

Bueno, como Argentina no avanza en un montón de cosas y discutimos cosas que no son trascendentes, nos empiezan a pasar este tipo de cosas.

Que este señor Esteban Alvarado, este narcotraficante tan peligroso, diga en Rosario es más fácil conseguir una pistola que una pala.

Esto hace que hoy en la Argentina vuelva a fugarse un pibe de diecisiete años que no tiene ningún tipo de futuro, que se llama Martincito.

El terror de Lomas de Zamora, que tiene diecisiete años, está acusado de matar a una pobre mujer para robarle un teléfono celular.

Como es un chico muy conflictivo, además de ser un asesino, decidieron trasladarlo a un centro de menores.

No llegó a estar un día porque se les escapó.

Veía lo el delincuente narcotraficante veía lo de este chico martincito y veía lo de Ecuador.

Y me preguntaba Estamos a tiempo o estamos con los minutos contados en materia de seguridad en materia narco en la Argentina para no tener que mirarnos en el espejo de Ecuador, porque éste es un país que pierde mucho tiempo.

Es un país que discutió durante décadas y décadas y décadas lo que es el déficit fiscal y la inflación.

Hoy, como estamos con déficit fiscal, una inflación al borde de la hiperinflación, una pobreza casi de cincuenta puntos, una indigencia altísima y la mayoría de los argentinos en un estado de emergencia no solamente económica, sino también moral.

Perdimos años, años y años.

Hoy estamos mirándonos en algún espejo que no sabemos cuál es porque discutimos si nos parecemos a México, si nos parecemos a Colombia en materia de narcotráfico y nos parecemos a Rosario y nos parecemos al al con urbano y a muchas villas de emergencia de la ciudad de Buenos Aires, donde el narco inundó a la gente que vive en estos lugares, a gente que está condicionada hoy a poder salir de un barrio, a pagar un peaje, haber un montón de chico, como dice este delincuente Alvarado en la nota que le otorgó a Clarín que hoy prefieren otro tipo de vida y saben cuál es la vida que prefieren un montón de adolescentes, dice este delincuente la de tener un auto, la de tener plata en el bolsillo y la de olvidarse de estudiar, de seguir una carrera o de terminar, aunque sea la escuela secundaria.

Pibes que hoy son soldaditos de la droga porque la droga le da mucho más que el Estado.

Muchas más posibilidades, aunque esto muchas veces termine pésimo.

No, porque no solamente es un delito, sino que puede terminar en un hospital, en una cárcel o en un cementerio.

Con la muerte del propio Pibe que se transforma en soldadito.

Estamos a tiempo todavía para dejar de dar debates inútiles y ser el país de la discusión de cosas intrascendentes.

Estamos a tiempo, estamos a tiempo para no ser Ecuador.

Estamos a tiempo para no ser Colombia.

Estamos a tiempo para no ser México. Ojalá.

Ojalá, porque por momentos perdemos un tiempo increíble en debates y discusiones sin sentido, con políticos que están atentos y nosotros ya tenemos rosario.

El conurbano bonaerense en gran cantidad de barrios de emergencia y las dos villas más importantes de la ciudad de Buenos Aires, con enfrentamientos narcos entre distintos grupos que dirimen, entre otras cosas, no solamente el negocio, sino también el territorio A.

Y me olvidaba tenemos un gobernador, el señor Maximiliano Puro, en la ciudad de Santa Fe, que tuvo que trasladar a su familia por las amenazas del narcotráfico.

Ojalá estemos más lejos de lo que pienso de un Ecuador que hoy sangra de una Colombia que sangró de un México que es inviable y de una Argentina que pierde tiempo en debate, sin contenido y que ojalá esté lejos.

Ojalá, por obra de Dios, más que por los políticos argentinos, de transformarse en un formato parecido a lo que vimos ayer en Guayaquil.

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