Una de las chicas que nos representa en el Mundial de fútbol, Yamila Rodríguez, tuvo que publicar una sentida carta por las críticas que recibió por un tatuaje que ella tiene de Cristiano Ronaldo. Durante este Mundial femenino, le inventaron una campaña brutal antiMessi a una chica que es futbolista y que tiene un tatuaje de Diego Maradona y otro de Cristiano. Pero el fútbol y la sociedad no han podido permitir que ella tenga ese último impreso en su cuerpo. Yamila tuvo que pedir clemencia porque dicen que el bullying, la agresión y las amenazas son terribles.
Yo comprendo mucho estas cuestiones porque frecuento y frecuenté mil años la pasión del fútbol. Y entiendo que en el fútbol maneja más las cosas el corazón -y muchas veces mal- que la razón, que es la cabeza.
Pero hoy tenemos a esta jugadora, Yamila Rodríguez, que está en el Mundial, que recibe amenazas, que es víctima de bullying, advertencias, porque se le ocurrió en algún momento ponerse en su cuerpo un tatuaje de Cristiano Ronaldo.
Qué intolerantes que estamos. Y esto tiene que ver tanto con lo que hoy planteábamos: el problema de la Argentina, como dice el papa Francisco, somos nosotros mismos, que imponemos cosas y que creemos que nuestro pensamiento es el único, el verdadero, y que quien piensa distinto tiene que ser nuestro enemigo. Hay que destruirlo, hay que amenazarlo, hay que ridiculizarlo, hay que meterse con su sexualidad. Qué mal que estamos.
Por favor, dejemos de imponer cosas, porque ninguno de nosotros tiene la categoría para poder impulsar a que otra persona haga lo mismo que nosotros. Dejemos que la gente viva tranquila.
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