Estoy casi al borde de las lágrimas. El motivo es vamos a tener una sesión en la Cámara de Diputados. ¿Ustedes pueden creer esto? Diputados va a realizar el miércoles algo que tendría que ser permanente, pero no sesionan casi nunca porque hay paridad y, además, viven de campaña. Porque todo lo que elegimos hace dos años, la mayoría hoy está dirimiendo otro puesto sin cumplir mínimamente los cuatro de mandato como diputados o los seis por senadores, que son los tiempos que corresponden cada senador y cada diputado.
El miércoles vamos a tener una sesión especial impulsada por el Frente de Todos para sancionar un conjunto de temas consensuados con otras bancadas. Entre ellos vamos a hablar de la violencia digital y de los créditos UVA, que es una promesa de campaña.
Que suceda esto no lo marcó como como un hecho para poner muy bien 10 felicitado, pero que por favor los diputados y los senadores, más allá de que todo es campaña, se dediquen a lo que se tienen que dedicar porque hay mucha gente que los eligió, los voto, y aun no habiéndolos votado está pidiendo algunas cosas con urgencia. Los créditos UVA es el tema uno, y el tema dos es la ley de alquileres, que logró que el que alquila y el inquilino la pasen mal. Hagamos algo y no esperemos al 10 de diciembre como que ese día la Argentina va a solucionar todo lo que hoy no soluciona.
Por otro lado, en apenas un año, 2,7 millones personas en nuestro país cayeron en la pobreza. Pese a la mayor actividad, pese al descenso del desempleo el primer trimestre del año, la pobreza en la Argentina (lo dice el INDEC) subió del 34,2% al 43%. El aumento significa que, en doce meses, 2,7 millones de personas son nuevos pobres, sumando 18,5 millones en toda la República Argentina. Es un número alarmante, deprimente, decadente.
Es cierto que la actividad y el empleo, en muchos casos, crecen, así como cae el desempleo. El tema es que tenemos una inflación altísima; el tema es que no se gana lo que se tendría que ganar y aumenta todo desde un punto de vista que se hace imposible poder solventar una vida digna.
Porque si bien hay una Argentina que vive como vivió siempre, de restaurantes y teatros llenos, viajando, de todo ese tipo de cosas, los números no dan: 40,3% es la cifra de la pobreza del primer trimestre, medición que coincide con la de la Universidad Di Tella, que marca que la pobreza creció seis puntos porcentuales entre el primer trimestre de 2022 y el mismo periodo este año. ¿Qué significa esto? Que aun teniendo trabajo estamos con 2,7 millones de personas que cayeron en la pobreza en la Argentina.
Y para cerrar tenemos este caso emblemático de inseguridad del fin de semana, donde un juez y su custodio mataron a dos ladrones en un intento de robo. Ambos decidieron ir a un polígono de tiro a pasar un rato. Al salir se encontraron con una banda de siete delincuentes. Uno de ellos, de 18 años, murió en el lugar. Otros dos, uno de 18 y otro de 16, fueron heridos de gravedad y derivados a un hospital donde uno murió.
El más chico recibió un tiro en la mandíbula. Los tres asaltantes, el muerto y los capturados, tienen antecedentes penales. Los otros cuatro están prófugos. Lo grave de todo esto, más allá de que para mí lo primordial es salvarle la vida a la gente honesta, es que vemos a dos personas contra siete delincuentes de entre 16 y 18 años, todos con antecedentes, todos viviendo de los demás y haciendo del robo y de la delincuencia un método de vida.
Este es un caso emblemático porque muestra, insisto, las edades, los prontuarios y la vida que lleva una gran parte de la población argentina, alejada ya de cualquier buen modo de vida, apartada de la posibilidad de crecer o de intentar crecer a través de un trabajo digno.
Cuando el juez y el custodio trataron de defenderse, salió prácticamente un barrio a atacarlos a ellos y a defender a los delincuentes. Es un caso que hoy tiene gran relevancia porque la víctima fue un juez y su custodio, pero lamentablemente se trata de hechos que se multiplican todos los días sin ningún tipo de solución. Al contrario, las cifras se agrandan y muestran que en algunos lugares se hace casi imposible poder intentar llevar una vida normal.