La noticia de este jueves pasa por un hecho escandaloso que vimos ayer en el programa del cual participó, que es el de Pamela David, Desayuno Americano, donde nuestro querido Fabián Rubino pudo aquí, en plena ciudad de Buenos Aires, comprar droga. Pero no como un delito, sino que hay una figura cuando uno simula ser, en este caso, un adicto, que va y compra en una calle de la ciudad, en un conventillo.
Los vecinos, hartos de ver cómo se vende droga en tantísimos lugares de la Ciudad, del conurbano, de distintas provincias, hacen lo que no deben hacer porque es un peligro estar en la puerta controlando a los narcotraficantes. En ese contexto, ayer Fabián Rubino pudo comprar una dosis por 1500 pesos.
Yo sé que lo han criticado y algunos hablaban del rating que hicimos, un rating extraordinario. No fue la idea porque fuimos a acompañar a los vecinos en la queja y Fabián compró para demostrar la facilidad que hay. Que tal vez vos en tu casa ves cómo un hijo, un amigo, un amigo de tu hijo pueden adquirir drogas.
La cuestión es que ayer, un periodista argentino se acercó a un búnker que no está en Rosario, que no está en Colombia, que no está en México, y compró por 1500 pesos una dosis de una basura que le arruina la vida a mucha gente y que la propia policía ayer corroboró que daba positivo.
El jueves también pasa por la falta de respeto hacia la muerte de una ciudadana boliviana. Vengo desde hace días mencionándola a Virginia por esta indignación selectiva que tenemos en la Argentina. No escucho a nadie referirse a lo que fue la muerte de una mujer atascada en un piquete en la provincia de Jujuy. ¿Dónde están los que opinan, los que defienden los derechos de la gente, los que nos cortan la vida permanentemente?
Murió una mujer por el delirio de un corte de 10 horas en una ruta en la provincia de Jujuy y no escucho a nadie. ¿La discriminan porque es boliviana? Dejaron que muera una mujer por un piquete. Veo un silencio rotundo, rotundo y preocupante.
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