Entramos sin duda en la semana definitiva de lo que es el primer tramo de las elecciones. Esto es como que el próximo fin de semana jugamos el partido de Reserva. Después, el de Primera. En ese contexto, Alberto Fernández, el presidente que está casi sin funciones, aparece en tareas muy menores, corrido de la campaña, ajeno a todas las cosas trascendentes e importantes en un país que es muy presidencialista y que mira un poco al presidente como al papá o, en su momento, a la presidenta como la mamá de todos.
El Presidente, con esta invitación que hizo en las redes sociales, nos pregunta y responde. Y creo que escuchando una síntesis de lo que ustedes le preguntaron, me hicieron reflexionar y pensar que entre las preguntas que yo le haría a Alberto Fernández, una es por qué aceptó la candidatura. Cuáles fueron las condiciones por las cuales se aceptó la candidatura.
Porque todos podemos imaginar o fantasear lo que fue aquel día del ofrecimiento de Cristina Fernández, que para él habrá sido uno de los días más conmovedores a nivel personal o profesional de su carrera.
¿Qué condiciones tuvo esa candidatura? ¿Por qué creyó que podía ser un presidente independiente de Cristina Fernández y no manejado a control remoto como pasó en esta gestión? ¿Por qué tan poca independencia? ¿Por qué tan poca rebeldía? ¿Por qué tan poca posibilidad de rebelarse, de emanciparse políticamente hablando? ¿Por qué no construyó poder?
Y es mentira que no se va a presentar por la unidad de su espacio: acá, los que no se proyectan es porque no les dan los números. Ni Cristina Fernández ni Mauricio Macri se pudieron presentar porque no podían ganar con imágenes negativas. Y lo mismo sucede con el Presidente, que hoy tiene un 82% de los argentinos que están en contra de su gestión.
ESCUCHÁ EL EDITORIAL COMPLETO DE PAULO VILOUTA EN EL AUDIO